TRISTEZA EN SUDÁFRICA

Cinco años sin Mandela

Sudafricanos de distintos sectores evalúan el legado político de su primer presidente democrático

Nelson Mandela

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Marcel Gascón Barberá

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Hace exactamente cinco años, el entonces presidente Jacob Zuma daba al mundo la noticia: Nelson Mandela había muerto a los 95 añosNelson Mandelamuerto 95 añosSudáfrica reaccionó a su muerte con un profundo duelo lleno de emoción pero también de júbilo, el que despertaba recordar un monumental legado que casi nadie discute en el mundo, y del que es prueba incontestable aún hoy la vibrante democracia sudafricana. Con motivo del quinto aniversario de la muerte de 'Madiba', El Periódico ha hablado con profesionales sudafricanos de distintos sectores para evaluar el legado político de su primer presidente democrático.

Cuando en 1990 y tras 27 años entre rejas Mandela salió de la cárcel, Sihle Ngobese tenía cuatro años y vivía en uno de los guetos que el régimen del 'apartheid' había construido para la mano de obra negra que empleaba a precio de saldo en las ciudades blancas. “Recuerdo que sentí la esperanza de la gente, el optimismo por el futuro”, dice Ngobese del que es su primer recuerdo político. Trabaja en el prestigioso Instituto de Relaciones Raciales y ha analizado en profundidad para este centro de estudios la historia reciente de Sudáfrica.

“Mandela tenía tanto poder que pudo haber hecho cualquier cosa”, señala en relación a la inmensa popularidad y simpatía internacional con que el líder sudafricano llegó al poder en 1994. “Lo extraordinario de Mandela es que nos enseñó que el poder es peligroso y hay que limitarlo”, afirma Ngobese, que recuerda el compromiso inequívoco de 'Madiba' con las instituciones democráticas y la separación de poderes y compara su retirada después de un solo mandato con las largas dictaduras unipersonales instauradas por muchos presidentes poscoloniales del continente.

"Una fuerza unificadora"

A sus 29 años, Sipho Hlongwane es uno de los periodistas más destacados de Sudáfrica. “Desde el momento en que salió de la cárcel fue una fuerza unificadora extraordinaria”, dice antes de recordar los niveles de violencia y división que vivía el país cuando se desmanteló el 'apartheid'. Pese a la desigualdad, el estancamiento económico, la corrupción, la tensión racial y otros retos a los que se enfrenta el país -destaca Hlongwane-, el triunfo de Mandela sobre quienes apostaban por la fractura social es una realidad consolidada hasta hoy. “Hay un consenso general sobre qué es Sudáfrica y cómo resolvemos nuestros problemas: somos una democracia, todos los adultos votan, a nadie se le niegan oportunidades por motivos de discriminación”, apunta Hlongwane sobre un sistema político al que influyentes sectores se oponían cuando Mandela tomó el mando de la transición.

El mérito de mantener el país unido ante todas las corrientes que lo desgarraban también se lo reconoce a 'Madiba' la escritora Gugu Mhlungu, una de las personalidades más pujantes de la radio en Sudáfrica. Mhlungu subraya las distintas dimensiones del legado de Mandela, una figura que fue evolucionando con las circunstancias a lo largo de su vida y representó en distintas etapas la resistencia a la injusticia, el sacrificio de la cárcel por sus ideas, la paz y la unidad durante la transición y la esperanza de un nuevo comienzo con las primeras elecciones.

Promesas incumplidas

"Para alguna gente, la promesa que representaba en 1994 no se ha cumplido", declara Mhlungu, que se refiere a la pobreza en la que aún viven muchos sudafricanos pese al futuro de “igualdad, justicia y dignidad” con que estrenó Sudáfrica su democracia. “Su legado significa cosas según qué momento y para según quién”, concluye.

Para Mhlungu, es momento de abordar asuntos polémicos como la redistribución de la tierra, la gratuidad de la educación o de más servicios básicos, a los que Mandela y su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA), renunciaron en su día en aras de la estabilidad económica y social o -como creen la escritora y Hlongwane- simplemente aplazaron para una segunda transición que a su juicio debe comenzar ahora.

"En este país tenemos muchos problemas”, dice el emprendedor e intelectual de 29 años Sindile Vabaza. “En muchos sentidos estamos en el precipicio, y las cosas pueden ir bien o pueden ir mal. Podemos prosperar y tener éxito, pero también podemos fracasar como muchos otros países africanos”, explica Vabaza, que aboga por mantener el mensaje de reconciliación de Mandela. “Necesitamos gente pragmática que sea capaz de ver la humanidad del otro para decir ‘sí, han ocurrido cosas terribles, hay racismo ... pero cómo podemos trabajar juntos para mejorar esto y que nuestros hijos tengan un futuro", plantea.