TRAMA DEL 'RUSIAGATE'

El exabogado de Trump se declara culpable de mentir sobre los negocios del magnate en Rusia

Michael Cohen asegura que las gestiones para construir un rascacielos en Moscú continuaron bien entrada la campaña

michael cohen el pasado junio en Nueva York

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Ricardo Mir de Francia

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La investigación de la trama rusa está dejando al descubierto algunas cuestiones elementales. La primera de ellas, que Donald Trump se rodeó de estafadores sin escrúpulos dispuestos a mentir tanto como hiciera falta para proteger a su patrón. Así se desprende de la causa abierta contra Paul Manafort, su primer jefe de campaña, pero también de la que enfrenta Michael Cohen, su abogado personal y mano derecha durante una década. Cohen se ha declarado culpable este jueves de mentir bajo juramento en el Congreso sobre las gestiones que hizo en nombre de su jefe para construir un rascacielos en Moscú, uno de los sueños de Trump desde que empezó a sondear las oportunidades de negocio en Rusia en 1987. Cohen había declarado que el último intento se atascó en enero del 2016, cuando en realidad las gestiones prosiguieron hasta junio de ese mismo año.

Por entonces Trump era ya candidato a la presidencia de Estados Unidos y su relación con Rusia había empezado a levantar sospechas. “Para que conste en acta, tengo cero inversiones en Rusia”, dijo el ya presidente electo a principios del 2017 argumentando que había decidido apartarse deliberadamente del mercado ruso. Pero la realidad parece ser más complicada, de acuerdo con las confesiones de Cohen a los investigadores que lidera el fiscal especial, Robert Mueller, quien trata de esclarecer si la campaña del republicano conspiró con el Kremlin para interferir en las elecciones estadounidenses. Cohen ya se declaró culpable en agosto de fraude fiscal y bancario y financiación ilegal de campaña en una causa paralela.

El punto de partida ahora son las declaraciones que hizo hace meses ante un comité de investigación del Congreso. Por entonces, Cohen les dijo a los congresistas que el proyecto en Moscú se abandonó a principios de la campaña, después de que una última gestión para pedir ayuda a uno de los asesores más cercanos al presidente ruso, Vladimir Putin, quedara sin respuesta. También les dijo que ni Trump ni su familia estaban al corriente de los detalles de su intermediación. Pero no eran más que mentiras, según ha reconocido ahora, motivadas por su “lealtad” hacia el magnate y la necesidad de “ser consistente con su mensaje de campaña”.

Los rusos sí respondieron, según consta en su declaración ante Mueller. Durante 20 minutos, Cohen habló con Dimitry Peskov, el portavoz de Putin, sobre posibles opciones para obtener financiación y comprar un terreno. En “más de tres ocasiones” informó a Trump sobre el estatus del proyecto y en junio de 2016 fue invitado a viajar a San Petesburgo por Felix Sater, un promotor inmobiliario ruso que hizo de intermediario para la Trump Organization, con la promesa de que podría reunirse con altos cargos del Kremlin. Cohen declinó la oferta.

Trump ha respondido a la declaración de su abogado, que ha llegado a un acuerdo extrajudicial con Mueller para cooperar con sus fiscales, acusando a Cohen de mentir a cambio de concesiones respecto a su condena. “Es una persona débil”, ha escrito en las redes sociales. Y pocas horas después ha cancelado su reunión con Putin en la cumbre del G-20 en Argentina. Lo ha hecho, en cualquier caso, justificando la abrupta cancelación por el rechazo ruso a liberar los barcos de guerra ucranianos apresados el domingo por sus patrulleras en las costas de Crimea.