CRISIS EN EL ESTE EUROPEO

Rusia despliega modernas baterías antiaéreas en Crimea

Kiev denuncia que sus navíos fueron apresados en aguas internacionales y acusa al Kremlin de violar el derecho internacional

Dos aviones de guerra rusos sobrevuelan el puente que une Rusia con Crimea en el mar de Azov.

Dos aviones de guerra rusos sobrevuelan el puente que une Rusia con Crimea en el mar de Azov. / periodico

Marc Marginedas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Suma y sigue en la estrategia de elevar la tensión en el mar de Azov, tras el apresamiento, el domingo, de tres buques militares ucranianos por patrulleras rusas. El portavoz militar ruso del distrito militar del sur, Vadim Astafievha informado este lunes del despliegue de una nueva batería de misiles S-400, en la península de Crimea. Además, testigos presenciales han corroborado que Rusia está enviando más buques militares a ese océano interior de escasa profundidad en el que poco a poco va imponiendo su ley gracias a su política de hechos consumados.  

"En un futuro próximo, el sistema de misiles antiaéreos se colocará en posición de combate para proteger el espacio aéreo de la Federación Rusa", ha asegurado Astafiev en declaraciones recogidas por Interfax. La instalación de las nuevas baterías culminará  antes de fin de Año, según el oficial, y se unirán a tres batallones asociados a unidades de S-400 ya desplegados. No será el único refuerzo militar ruso en la península anexionadaen el 2014. Según ha constatado un reportero de la agencia Reuters, un buque dragaminas, el 'vicealmirante Zakharin', había puesto proa al mar de Azov.

Tras la incorporación de Crimea a la Federación Rusa en el 2014, el Kremlin ha reforzado ostensiblemente su despliegue militar en el territorio, que hasta esa fecha estaba limitado a las bases que Ucrania le alquilaba. Las baterías de misiles S-400  son capaces de alcanzar un blanco situado a 400 kilómetros de distancia, lo que en la práctica concede a Rusia el control absoluto de los cielos en todo el mar Negro. Precisamente, los medios oficiales rusos se escandalizaron hace poco, cuando la representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, calificó a este océano como un "mar europeo", pese a que también baña las costas de Rumanía y Bulgaria, dos países miembros de la UE. Los medios rusos también informaban durante este miércoles de la actividad de aviones estadounidenses de reconocimiento en la zona próxima al estrecho de Kerch.

Apresados en aguas internacionales

En Kiev, entre tanto, el denominado Ministerio para los Territorios Ocupados ha asegurado en una información difundida en su página web que los buques de la Marina ucraniana en realidad fueron apresados en aguas internacionales, fuera de la zona de 12 millas desde las costas de la república de Crimea "ocupada". Según recoge la página web del ministerio, el artículo 95 de la Convención de la Ley Marítima estipula que los barcos de guerra, en aguas internacionales, gozan de "completa inmunidad" de la jurisdicción de cualquier otro estado. Acompaña la información un mapa con la posición de los buques en el momento en que fueron apresados. 

Después de conocer las penas de prisión preventiva dictadas contra sus marineros, el Ministerio de Justicia de Ucrania se  ha dirigido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo pidiendo el amparo de la corte para sus militares. "En nombre del Gobierno, hemos apelado al TEDH con el requerimiento de aplicar la regla 39, una decisión inmediata de liberar a los ciudadanos ucranianos ilegalmente capturados", ha anunciado el ministro Pavlo Petrenko en una reunión del Ejecutivo.  

Posible cancelación

La crisis de Crimea podría provocar la cancelación del encuentro previsto entre el presidente norteamericano Donald Trump y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en un aparte de la cumbre del G-20 que tendrá lugar este fin de semana en Buenos Aires. Según ha asegurado un portavoz presidencial, el presidente norteamericano recibe "informes regulares" acerca de la situación en el mar de Azov y se plantea anular la reunión, aunque aún no ha tomado una decisión en firme. Los encuentros cara a cara entre ambos presidentes, en especial la cumbre bilateral que tuvo lugar en Helsinki en el verano pasado, han provocado críticas tanto entre las filas demóratas como en algunas voces republicanas por la camaradería con la que trata el mandataria norteamericano a su homólogo ruso mientras se investiga la posible colusión de su campaña con agentes rusos. 

La UE, por su parte, debate la reacción a adoptar, aunque las discusiones previas han sacado a relucir las importantes diferencias entre los países miembros a la hora de afrontar a Rusia, con un grupo de países gobernados por la ultraderecha, como Italia o Hungría, u otros estados del sur como Grecia o Chipre opuestos a endurecer las sanciones a Rusia.