CONFLICTO EN EL ESTE DE EUROPA

Rusia amenaza con una escalada bélica en el Donbás tras la implantación de la ley marcial en Ucrania

Angela Merkel y Vladimir Putin en octubre del 2018.

Angela Merkel y Vladimir Putin en octubre del 2018. / MURAD SEZER

Marc Marginedas

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Rusia ha reaccionado a la imposición del estado de excepción imposición por parte del presidente de Ucrania con amenazas nadas veladas contra su vecino del oeste, advertencias que procedieron de dos vías, en primer lugar del propio presidente Vladímir Putin aunque también de su portavoz, Dmitri Peskov, un hombre autorizado a hablar en nombre del líder del Kremlin. Utilizando como correa de transmisión una conversación telefónica mantenida durante la mañana con la cancillera alemana Angela Merkel, el presidente ruso ha prevenido a su homólogo ucraniano Petró Poroshenko acerca de la adopción de "decisiones irresponsables", conminando a la vez a su interlocutora en Berlín a "influir" en las autoridades ucranianas. 

Momentos antes, Peskov, durante su briefing diario con algunos corresponsales, había advertido que la ley marcial conllevaba "la amenaza de una escalada en las regiones en conflicto", palabras interpretadas en Kiev como el apercibimento de un eventual recrudecimiento de las hostilidades a lo largo de la linea de frente en el Donbás, la región del este de Ucrania que separa a las tropas regulares y las milicias prorrusas y en la que en teoría rige un alto el fuego violado sistemáticamente. Todos los observadores dan por sentado que el Kremlin es capaz de modular, desde Moscú, las dosis de violencia en el este de Ucrania dada la dependencia de Rusia de las milicias insurgentes.

Visto bueno del Parlamento

Tras recibir el visto bueno del Parlamento a la proposición de imponer el estado de excepción en 10 regiones fronterizas con RusiaMoldavia o ribereñas con el mar de Azov, Kiev intenta limitar los daños que supondrán en el futuro las limitaciones a la navegación en el mar de Azov que está imponiendo el Kremlin con su política de hechos consumados. El viceministro de Política Agraria de Ucrania, Maksim Martiniuk, ha conminado a los barcos pesqueros que faenan en el mar de Azov a regresar a sus puertos, al tiempo que se ha comenzado a plantear otras fórmulas de salida para las exportaciones ucranianas de grano y productos siderúrgicos, sostén económico de la región.

Martiniuk ha reconocido que las salidas de grano ucranianas pueden reducirse aún más en el caso de que el Kremlin adopte medidas más agresivas, y que a medio plazo, podrían incrementarse los precios del transporte marítimo y los seguros. Según informaciones de la prensa ucraniana, el bloqueo naval ruso tras la inauguración del puente de Kerch, hace tan solo medio año, ha supuesto ya unas pérdidas de 1.000 millones de hrivnas (unos 31,7 millones de euros) a las infrastruturas portuarias ucranianas. Además, cada jornada adicional en el mar esperando a recibir el visto bueno de Rusia para cruzar el estrecho de Kerch cuesta a las navieras que han fletado los barcos entre 8.300 y 13.000 euros diarios.

Al margen de la tensión en el mar de Azov, que ha ido 'in crescendo' en los últimos meses, y transcurridos ya unos dias del arranque de esta nueva crisis entre Rusia y Ucrania,, los comentaristas se preguntan por sus circunstancias desencadenantes inmediatas, tanto en Kiev como en Moscú. Circulan principalmente dos grupos versiones, que no son excluyentes la una de la otra, y que han sido recogidas en un artículoen un artículo en la publicación online 'Meduza'.  

Provocadores inmediatos

La primera de estas corrientes de opinión señala a Putin como provocador inmediato, cuyo el objetivo sería "mermar la estabilidad de Ucrania y dañar a Porosheko" a pocos meses de las elecciones presidenciales . "Mientras Trump está distraido con su fracaso en las elecciones de medio término y el Reino Unido con el Brexit, es un buen momento para crear inestabilidad en Ucrania antes de las elecciones", señala Anne Appelbaum, una conocida periodista e historiadora polaconorteamericana. La tumultuosa sesión parlamentaria que vivió el lunes Parlamento de Kiev para aprobar el estado de excepción indicaría que los supuestas intenciones malignas del líder del Kremlin estarían materializándose.

La segunda hace referencia a la evolución interna de Ucrania y al hipotético deseo del impopular Poroshenko de aplazar los comicios gracias a la implantación del estado de excepción, hipótesis voceada por el diputado y activista anticorrupción ucraniano Serhiy Leshchenko.

Vinculaciones políticas aparte, en las cancillerías occidentales han ido en aumento las voces que defienden la imposición de nuevas sanciones a Rusia, país que demuestra, según su opinión, mantener una "política expansionista" a costa de sus vecinos. La ministra austríaca de Asuntos Exteriores, Karen Kneissl, no ha excluido tal posibilidad tras reunirse en Berlín con su homólogo alemán Heiko Maas. "Tendremos pronto un consejo europeo en diciembre", ha recordado Kneissl. Se da la circunstancia de que el propio Putin acudió a la boda de la responsable austriaca, celebrada el pasado verano en la ciudad de Graz, y adoptó un papel protagonista en la ceremonia. Aliados políticos de Merkel, como el conservador Norbert Roettgen, o reponsables políticos de Polonia o los países bálticos también han apoyado la medida.