Muere el jefe del espionaje militar ruso, acusado de envenenar a Skripal

En un sucinto comunicado, el Ministerio de Defensa de Rusia ha anunciado el fallecimiento de Ígor Korobov, al frente del Directorio Principal de Inteligencia, más conocido por las siglas GRU, tras una "larga y grave enfermedad" de la que no ha ofrecido detalles. Al GRU se le atribuye el envenenamiento del exespía Serguéi Skripal y su hija en Salisbury, en el Reino Unido, así como las operaciones para interferir en la elecciones presidenciales de EEUU, para piratear organismos encargados de investigar los casos de empleo de armas químicas o para hackear organizaciones deportivas que examinaban el supuesto dopaje de Estado en Rusia. 

"La memoria adorable de esta maravillosa persona, un verdadero hijo de Rusia, un patriota de la Madre Patria, el coronel-general Ígor Valentinovich Korobov permanecerá siempre en nuestros corazones", reza la declaración del ministerio. Su titular, Serguéi Shoigu, ha ofrecido sus condolencias a sus familiares, así como el propio Vladimir Putin, quien ha subrayado que el fallecido ha dirigido una "agencia legendaria", intentando el presidente ruso con estas palabras cortar de raíz las mofas vertidas en la prensa occidental acerca de la supuesta falta de profesionalidad del GRU.

Y es que los dos agentes que intentaron asesinar a su excolega en Gran Bretaña fueron identificados gracias a las pistas que dejaron tras de sí, mientras que en Holanda era desbaratada una operación para piratear el sistema informatico de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, que investiga el empleo de estas sustancias por parte de Rusia o sus aliados.

Informaciones sin confirmar

Según informaciones sin confirmar oficialmente, difundidas por el periodista Serguéi Kanev, Korobov fue convocado por el propio Putin a mediados de septiembre, tras el fiasco que supuso la identificación de los dos supuestos autores del fallido asesinato, y fue duramente reprendido por el jefe del Estado por lo sucedido. A su regreso a su domicilio, en un complejo para funcionarios de élite en la calle de Starovolýnskaya, en el oeste de Moscú, comenzó a sentirse "mal", siempre según la misma fuente de información, que a su vez aventuraba su posible relevo en un futuro cercano. En un acto presidido por Putin y celebrado en Moscú hace unos días para celebrar el centenario de la agencia de inteligencia, Korobov no estaba presente. 

Ciertos medios de comunicación independientes, así como observadores norteamericanos, han destacado la "escasa longevidad" de los últimos máximos dirigentes del GRU, dado que el precedesor del difunto, Ígor Sergún, perdió la vida a los 59 años hace poco, concretamente en el 2016. El portal 'Meduza' recogía en su titular que Korobov era el "segundo jefe del GRU" que moría en "tres años", al tiempo que se hacía eco de la "supuesta" entrevista con Putin tras el fiasco de Salisbury.

Otras fuentes bien informadas, en cambio, descartaban  que hubiera algo extraño en el fallecimiento. El director de la emisora Eco de Moscú, Alekséi Venediktov, crítico con el Kremlin, ha asegurado en  un tuit que Korobov estaba enfermo. "Si, estaba verdaderamente enfermo desde hacía tiempo", ha destacado

Las especulaciones también han rodeado la muerte de Sergún, el predecesor de Korobov en el cargo. Según Moscú, falleció a causa de un ataque al corazón, aunque algunos medios árabes sostienen que resultó herido de muerte en una compleja operación secreta en el Líbano en la que participaron servicios de espionaje árabes. 

Según TASS, el vicealmirante Ígor Kostyukov, primer vicedirector de la agencia, sustituirá al difunto Korobov de forma interina, aunque daba a entender que tenía muchas posibilidades para ser confirmado definitivamente en el puesto. De confirmarse su nombramiento, sería la primera ocasión en que un oficial de la Marina dirige el GRU. Tanto Korobov como Kostyokov habían sido incluídos en la lista de personalidades sancionadas por EEUU por su supuesta implicación en las operaciones de injerencia durante las presidenciales del 2016.