la encrucijada europea

Los unionistas mandan un aviso a May sobre las consecuencias del acuerdo del 'brexit'

Theresa May habla ante la patronal.

Theresa May habla ante la patronal. / periodico

Begoña Arce

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Theresa May viaja este miércoles a Bruselas habiendo sorteado virulentas críticas en el Parlamento, la dimisión de dos de sus ministros y el peligro de una moción para deponerla como líder y primera ministra. May se entrevistará a media tarde con el presidente de la Comisión europea, Jean-Claude Juncker. Unas conversaciones, según la oficina de Downing Street, sobre la “relación futura” entre el Reino Unido y los 27, una vez finalizado el periodo de transición en diciembre del 2020.

Advertencia de los unionistas

Los problemas en casa sin embargo no han terminado para May. Si bien remite la amenaza de sus propios diputados de desbancarla, la primera ministra ha recibido un aviso difícil de ignorar de los unionistas norirlandeses del DUP, el aliado indispensable, que permite gobernar a los conservadores, sin mayoría absoluta en Westminster. El lunes por la noche el grupo de diez diputados del DUP se abstuvo a la hora de votar tres enmiendas a un proyecto de ley de finanzas e incluso votaron contra otra de ellas. Fue un toque de atención con futuras consecuencias que pueden ser graves.

El portavoz del DUP, Sammy Wilson, explicó que tal pacto viola la garantía “fundamental” de que Irlanda del Norte no tendrá un régimen diferente al del resto del Reino Unido. “Teníamos que hacer algo para expresar nuestro descontento”, señaló. Los votos, “deseaban enviar un mensaje político al gobierno: Teníamos un acuerdo vosotros, pero tenéis que cumplir vuestra parte, de lo contrario no nos sentimos obligados a cumplir con la nuestra”. En un artículo en el 'Belfast Telegraph', May defendió las virtudes del pacto que “garantiza”, afirmó, “el status constitucional de Irlanda del Norte en el seno del Reino Unido” y además, coloca a la región en, “una posición fantástica para el futuro”.  

Reto en los Comunes

La presión disminuye en cambio con los euroescépticos conservadores del European Research Group (ERG), eternos conspiradores, que están detrás de la intentona de derrocar a la primera ministra con una moción. Sin querer admitir el fracaso, su cabecilla, Jacob Rees-Mogg, hizo el martes un llamamiento de última hora a otros colegas, para que no dejarán pasar la oportunidad de librarse de May. De lo contrario, advirtió, la verán liderar el partido hasta el 2022. “Si no hay un voto de confianza, no va a ser sólo un año”, declaró en un acto público junto a otros sublevados. “Creo que es ahora, o sino la primera ministra va a liderar a los conservadores hasta la próxima elección”. Rees-Mogg pidió paciencia a la espera de completar las 48 cartas necesarias para exigir un voto de confianza. La presentación de misivas no tiene un plazo límite.

Otros conservadores, al igual que los partidos de la oposición, consideran que el momento clave para bloquear el acuerdo será la votación en la Cámara de los Comunes, la primera quincena de diciembre. Con un total de 650 diputados, el texto necesita 320 votos para ser aprobado.  En un recuento provisional de adversarios, incluyendo euroescépticos Tory, unionistas, laboristas, liberales, independentistas escoceses y nacionalistas galeses a May, según la BBC, le faltan en este momento 61 votos para salvar el acuerdo.