ACCIDENTE

Un muerto y 47 heridos durante la protesta contra el precio de los carburantes en Francia

Una manifestante con el chaleco amarillo, símbolo de la protesta, habla con un policía, esta mañana en los alrededores de París.

Una manifestante con el chaleco amarillo, símbolo de la protesta, habla con un policía, esta mañana en los alrededores de París. / periodico

Eva Cantón

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La jornada de protesta contra la subida del precio de los carburantes en Francia se está desarrollando en un ambiente creciente de tensión. Según el último balance del ministerio del Interior, una persona ha muerto y 47 han resultado heridas, tres de ellas de gravedad. Ha habido 24 detenidos. La fallecida es una mujer de unos sesenta años que ha sido atropellada en Pont de Beauvoisin, en Savoy cuando una conductora que llevaba a su hija al médico aceleró para saltarse una barrera colocada por los manifestantes. 

Las primeras movilizaciones de los llamados ‘chalecos amarillos’ han empezado este sábado a las 6 de la mañana en numerosos puntos de la geografía francesa. Aunque la mayoría de las concentraciones se desarrollan con normalidad, en algunos puntos se han producido enfrentamientos entre manifestantes y conductores que quieren circular libremente.

"Nuestro nivel de preocupación es máximo", ha dicho Castaner, que ha pedido a los manifestantes adoptar todas las medidas de prevención para garantizar la seguridad y evitar nuevos dramas. 

Al tratarse de una convocatoria ciudadana organizada al margen de los cauces sindicales habituales, uno de los principales retos es el de la seguridad. Interior ha reforzado con 2.500 agentes el dispositivo de policías y gendarmes y las prefecturas de policía de cada departamento informan puntualmente en su cuenta de Twitter de la situación. El Gobierno ha advertido a los promotores de la protesta que podrían manifestarse, pero no bloquear el país.

Autovías, rotondas, peajes y accesos a centros comerciales y algunos aeropuertos son los principales puntos de concentración sin que de momento se haya bloqueado totalmente la circulación. En general, se trata de barreras para ralentizar el paso de los vehículos y desviar el tráfico hacia un solo carril.

En total, hay programadas 1.500 acciones de protesta en 600 ciudades francesas. Dos departamentos, el Norte Paso de Calais y Provenza-Alpes-Costa Azul, están especialmente movilizados. Las primeras cifras oficiales hablan de más de mil concentraciones y unos 50.000 manifestantes en todo el país.

Revuelta popular

El llamamiento para protestar por la subida del precio de los carburantes se está transformando en una revuelta popular de consecuencias imprevisibles. El descontento social desborda la reivindicación inicial y va camino de convertirse en una enmienda a la totalidad de la política económica del presidente.

El Gobierno no tiene de momento la intención de dar marcha atrás en una decisión adoptada en el marco de la ley de transición ecológica que contempla aumentar paulatinamente el impuesto de los hidrocarburos de aquí al 2022. A partir de enero, el gasóleo subirá 6,9 céntimos y la gasolina 2,9.

Con el objetivo de calmar los ánimos, el primer ministro, Edouard Philippe, anunció el pasado miércoles varias medidas para reducir el impacto de la subida en los hogares más modestos. Entre ellas, una ayuda de 4.000 euros para cambiar el coche por uno menos contaminantes o ampliar el cheque energético a 5,6 millones de franceses. Sin embargo, la reacción del Ejecutivo llega tarde. La reivindicación se amplía y proliferan las consignas para oponerse a las subidas de impuestos en general.