EXPECTACIÓN EN FILIPINAS

Imelda Marcos, condenada a prisión por corrupción

La sentencia marca penas de 6 a 11 años por cada uno de los 7 delitos cometidos por la viuda del dictador ferdinand Marcos

La exprimera dama filipina Imelda Marcos.

La exprimera dama filipina Imelda Marcos. / periodico

Adrián Foncillas

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La justicia filipina ha emitido una orden de arresto contra Imelda Marcos tras condenarla por corrupción. La cárcel es una posibilidad cercana más de tres décadas después de que una revuelta popular la obligara a huir junto a su marido, el fallecido dictador Ferdinand Marcos. Ambos esquilmaron el país pero la resucitada estirpe política había sobrevivido hasta ahora a 400 causas judiciales.

Un tribunal ha sentenciado a Imelda a penas de entre seis y once años por cada uno de los siete cargos de corrupción que cometió desde su cargo de gobernadora de Manila en los años 70. Son siete transferencias a cuentas bancarias suizas que suman 200 millones de dólares provenientes de las arcas públicas. El proceso judicial se había eternizado durante dos décadas hasta la resolución de hoy, que absuelve a Imelda de otros tres cargos similares.

La sentencia satisfizo a los defensores de derechos humanos, comprensiblemente frustrados por la capacidad de supervivencia de Imelda. Había sido condenada en 1993 por corrupción pero el Tribunal Supremo anuló poco después aquel fallo. Ni Imelda ni sus abogados se personaron a la lectura de la sentencia y el tribunal ordenó su arresto. La condena le impide seguir ocupando cargos públicos pero su apelación, que se da por segura, le permitiría conservar su asiento en el parlamento filipino hasta que termine su mandato el próximo año. 

Torturas y asesinatos

Ferdinand, que gobernó Filipinas durante 21 años, dictó la ley marcial en 1972 que le permitió encarcelar, torturar y asesinar a miles de críticos. Fue nombrado en el 2004 el segundo líder más corrupto de todos los tiempos por la Organización de Transparencia Internacional, solo superado por el indonesio Suharto. El matrimonio robó a espuertas en uno de los países más pobres del continente. Su sucesora, Cory Aquino, creó una comisión para recuperar toda la riqueza robada por el matrimonio.

Los 2,24 mil millones de dólares conseguidos son una minucia comparados con los cinco o diez mil millones totales. Los 1.220 pares de lujosos zapatos de la exprimera dama resumen el desenfreno de aquellos años. Fueron valorados en 10 millones de dólares por Christie’s y Sotheby cuando en 2005 se interesaron en subastarlos. El matrimonio nunca escondió sus excentricidades. Compró edificios en Nueva York, coleccionó obras de Michelangelo o Botticelli y acumuló gemas y brillantes a granel. La aduana estadounidense se incautó de 24 maletas con lingotes de oro tras huir de Manila en 1986.

Marcos murió en el exilio hawaiano tres años después e Imelda regresó a Filipinas para desempeñar una fructífera carrera política mientras regateaba  procesos judiciales. Ha encadenado tres mandatos parlamentarios y empujado a su prole a la política. Su hijo Ferdinand “Bongbong” Marcos perdió las elecciones a la vicepresidencia del país el pasado año por muy poca diferencia de votos y su hija Imee es la gobernadora de Ilocos Norte, la provincia fortín de la familia.

La estirpe ha contado con las simpatías del presidente, Rodrigo Duterte, un ferviente admirador de la línea dura de Ferdinand. Duterte apoyó el traslado del dictador el pasado año al Cementerio de los Héroes a pesar de la indignación popular. Los lazos son estrechos: el padre de Duterte había trabajado para Marcos y los hijos de éste apoyaron al actual presidente en su carrera electoral. Duterte desveló el pasado año que los Marcos le habían confesado su voluntad de devolver una cantidad de dinero sin especificar y “unos cuantos lingotes de oro”para ayudar los déficits presupuestarios públicos. No hay constancia de la devolución.