ENTREVISTA

"Hay niños del Congo que se enrolan en las guerrillas al ver que no hay futuro"

Cathy Furaha, abogada y activista, denuncia "la banalización de las agresiones sexuales para perpetuar el patriarcado" en el país africano

La abogada y activista congoleña Cathy Furaha, en Barcelona.

La abogada y activista congoleña Cathy Furaha, en Barcelona. / periodico

Víctor Vargas Llamas

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El mundo puso el foco sobre el drama humanitario del Congo después de que el Premio Nobel de la Paz reconociera la impagable labor de Denis Mukwege, el ginecólogo que mejora la vida de la ingente cantidad de mujeres que han sido violadas en ese país. En las mismas trincheras, pero sin sacudirse el anonimato, hay muchos ejemplos de profesionales que tratan de minimizar los efectos de la desigualdad y las graves faltas de humanidad que sufre el país. Una de esas personas es Cathy Furaha, abogada y activista que coordina los programas de apoyo a mujeres violadas y consagra sus esfuerzos a proteger a los más vulnerables y a reivindicar la igualdad de género. Invitada por la Lliga dels Drets dels Pobles, ha visitado Barcelona para aportar su testimonio sobre los numerosos retos del país africano. 

¿Cómo es el día a día en un país sumido en dos décadas de conflicto armado? La realidad es la paradoja de vivir sumidos en la pobreza, la humillación y el miedo en un país que podría ser rico por sus abundantes recursos. Muchas personas no tienen acceso a servicios básicos como la electricidad y la educación. Las multinacionales operan con total impunidad ante la omisión y la pasividad del Estado. El conflicto siempre está presente, como lo están las armas, a disposición de los numerosos grupos armados. Y eso que el Congo no tiene fábrica de armas: vienen de países que las intercambian por minerales y otras materias preciadas. El impacto de esta situación recae especialmente sobre las mujeres, que ven agravada su condición de víctima de un sistema de sometimiento al hombre.

¿Por qué un país tan rico en recursos naturales es a la vez uno de los que más sufre las desigualdades sociales? Falta de voluntad política para transformar el país, de priorizar las necesidades públicas antes que los intereses económicos, una herencia de la colonización. Hay una gestión muy opaca de los recursos públicos y una grave falta de infraestructuras claves. Se banalizan los problemas sociales hasta tal punto que la gente con cierta capacidad económica se marcha afuera para no volver, dilapidándose el talento autóctono.

"Las multinacionales operan con total impunidad ante la omisión y la pasividad del Estado"

Cathy Furaha

— Abogada y activista

¿Como imagina el Congo sin los tentáculos de las potencias occidentales para lograr el botín de materiales tan preciados como el coltán? Imagino un país que respeta las leyes, que pone fin a las relaciones mafiosas entre la clase política y las multinacionales, que se preocupa por la justicia distributiva  y aprovecha el talento y los numerosos recursos naturales para alzarse como una potencia mundial. Un país que cambia su dinámica económica, que deja de exportar cobalto y coltán y que a cambio instala industrias para transformen esos materiales en productos de valor en el mercado, enriqueciendo el país y dignificando la mano de obra y las condiciones de vida. Pero debería haber una presión internacional para que este país, con todo su potencial, deje de estar arrodillado.

En un entorno tan caótico durante años y años, ¿se ha llegado a normalizar la violencia sexual contra las mujeres? Se banalizan las agresiones sexistas de manera intencionada para no reconocer la dignidad de la mujer. Se pretende perpetuar que la mujer este por debajo del hombre. Banalizar a la mujer y la violencia que sufre es banalizar la vida. No aceptamos esa impunidad, tenemos sed de justicia y cada vez hay más mujeres que se atreven a romper el silencio. Ellas son la esperanza, como lo es que se aplique la ley, que es justa y evolucionada, pero a día de hoy, la tradición sigue pasando por delante de la legalidad.

¿En qué consisten las iniciativas para tratar de proteger a las niñas y las mujeres de esa depredación machista? El gran objetivo es la sensibilización de la sociedad sobre esta problemática. Centramos muchos recursos en las escuelas para que niños y niñas crezcan con la mentalidad de que son iguales. Y también nos servimos de las iglesias, porque hay un 80% de población católica. La Iglesia ha sabido hacer evolucionar su discurso a favor de esa igualdad de género. Pero nada será posible sin que la mujer dé un paso más, reclame su espacio en órganos de decisión y haga oír su voz. En definitiva, que reivindique su empoderamiento.

"Las mujeres son su propia esperanza, así como que la ley pase por delante de la tradición"

Cathy Furaha

— Abogada y activista

¿Continúa la tendencia de separar a los niños de sus padres y obligarles a empuñar el fusil? Sí. Hay niños soldados y niñas que muchas veces acaban como esclavas sexuales. En el 2005 hubo un programa internacional, apoyado con mucho dinero, para desmovilizar y reinsertar a niños soldados, pero fue un fracaso: faltaba formación a los chicos, dotarles de capacidad para reintegrarse. Apenas se les daba una cabra y ¡espabila!. Y también hay siempre chicos que prefieren dejar de ir a clase y deciden incorporarse a los grupos guerrilleros ante la situación de miedo e inseguridad. Se alistan ellos mismos, como una salida, por un mero instinto de supervivencia, porque sienten que no tienen futuro.  

La grave crisis en Oriente Próximo ha acaparado la atención de los medios y buena parte de los recursos occidentales. ¿Se siente el Congo un país abandonado? Sí, e Congo se siente abandonado y, a veces, casi una molestia para Occidente. Constata este cambio de interés hacia otras zonas pese a sufrir una situación amarga, desesperante. No obstante, la gente de a pie también constata que la respuesta de sus representantes políticos ante las condiciones que le reclaman los organismos internacionales no es adecuada, en muchas ocasiones ni siquiera es honrada. Se pierde la confianza, se deterioran las relaciones y se desvían las ayudas, y el gran perjudicado es casi siempre el que más lo necesita..

¿Por dónde pasa la esperanza de un futuro para el Congo? La esperanza está en la democracia. En una democracia real donde participen mucho más las mujeres, a día de hoy insuficientemente representadas. Tengo esperanza en las próximas elecciones de diciembre y en que signifiquen un cambio de dirigentes. La fe en el futuro pasa por la renovación de las clases dirigentes y un mayor protagonismo de las mujeres.