CAMBIO POLÍTICO EN BRASIL

Bolsonaro quiere darle a Sergio Moro un papel importante en su Gobierno

Un hombre lee en la prensa sobre la victoria de Bolsonaro.

Un hombre lee en la prensa sobre la victoria de Bolsonaro. / periodico

Abel Gilbert

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"Sin comentarios", dijo  Sergio Moro,  el juez federal que condenó al ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva por corrupción pasiva, cuando le preguntaron acerca de la propuesta hecha por el capitán retirado y futuro jefe de Estado de Brasil, Jair Bolsonaro, de hacerse cargo del  ministerio de Justcia. Bolsonaro, electo el pasado domingo, aprovechó nuevamente la tribuna de la TV Record, el influyente canal de los evangelistas, puesto a su entera disposición durante la campaña proselitista,  para formular esa ofrecimiento.

El líder de la ultraderecha tiene un "Plan B" para Moro en caso de que rechace el convite: llevarlo "en el futuro" al Supremo Tribunal Federal (STF), "cuando haya un lugar disponible". Este posibilidad no fue recibida de la mejor manera entre los integrantes de la principal instancia judicial del país, susceptible todo lo que hacen y dicen los Bolsonaro. A pocos dias de la segunda vuelta, el candidato del Partido Social Liberal (PSL) tuvo que desmentir a su hijo, el diputado electo Eduardo Bolsonaro, después de que se conocieran sus temerarias amenazas de cerrar el STF, si fuera necesario.

Moro es un juez de fluidos contactos con las usinas conspirativas de Estados Unidos, según las revelaciones hechas por Wikileaks en 2009, mucho antes de que comenzara su cruzada contra Lula. Bolsonaro fue uno de los más ardientes defensores de sus acciones en los tribunales en los últimos años. Tanto se necesitaron mutuamente que, el pasado domingo, Moro  congratuló públicamente al vencedor de los comicios. “Cabe felicitar al presidente electo y desear que haga un buen Gobierno", dijo. La defensa de Lula ha tomado nota de este entusiasmo, así como de la oferta que le hizo Bolsonaro a Moro, para cuestionar la imparcialidad del magistrado que lo sentenció a 12 años de cárcel en primera instancia. El ex mandatario, que cumple su condena en una prisión de Curitiba, sostiene que fue enviado detrás de las rejas sin pruebas en su contra y solo para evitar que pudiera presentarse como candidato en las elecciones.