GIRO EN BRASIL

Trump tiene en Bolsonaro a un nuevo aliado para su cruzada

Un hombre lee en la prensa sobre la victoria de Bolsonaro.

Un hombre lee en la prensa sobre la victoria de Bolsonaro. / periodico

Abel Gilbert

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Donald Trump no se demoró en levantar el teléfono y saludar a Jair Bolsonaro para desearle buena suerte y, según el presidente electo de Brasil, establecer "un contacto bastante amigable". El magnate norteamericano fue más elocuente a través de las redes sociales. "Estamos de acuerdo en que Brasil y Estados Unidos trabajarán juntos en el comercio, los temas de las Fuerzas Armadas y todo lo demás".

La "era de la bestialidad", como la llamó la revista 'Piauí', se inicia con un posible nuevo eje de poder entre la Casa Blanca y el Palacio Planalto. El capitán retirado se ha declarado un "gran admirador" de su colega. El exministro de Exteriores, Celso Amorin, ya tiene escalofríos: "Comparado con Bolsonaro, Donald Trump es un intelectual iluminista".

Regocijo de Bannon

Steve Bannon, el exasesor de Trump y líder del Movimiento que ahora promueve el populismo de derechas en Europa, está complacido con el triunfo de Bolsonaro, a quien ayudó durante su campaña. En declaraciones al diario paulista 'Folha',  dijo encontrar similitudes con Trump. "Los dos son provocadores... Ambos son expertos en conectarse con las masas". Para Bannon existen a su vez coincidencias entre el capitán retirado del Ejército y el húngaro Viktor Orban, el italiano Matteo Salvini y el 'brexiter' Nigel Farage.

Si Washington aparece en el horizonte como prioridad es, entre otras cosas, por la prédica de Paulo Guedes, el encargado de dirigir la economía brasileña a partir del año próximo. Financiero formado en la ultraliberal Escuela de Chicago, Guedes hizo que Bolsonaro archive su vieja simpatía con el nacionalismo. El mandatario electo consideró como una gracia divina la colaboración que le brindará el fundador del banco de inversión BTG Pactual y el Instituto Milennium, una de las centrales intelectuales de la ultraderecha brasileña.

Lo primero que dijo Guedes después del triunfo de Bolsonaro es que revisará la política comercial de su país. Como parte de ese reordenamiento, el Mercosur, como se conoce el espacio de integración que comparte Brasil con Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela (actualmente suspendida del bloque), no será prioridad. "Brasil se quedó prisionero de alianzas ideológicas, y eso es malo para la economía". Aunque no parece pregonar una ruptura, es posible que Brasil quiera reformular sus pactos como lo hizo Trump con Canadá y México.

Cambios en el mapa regional

Lo que sucede por estas horas en Brasil cambia por completo el mapa regional. No es la primera vez que un acontecimiento de primer orden en ese país de dimensiones continentales tiene efectos multiplicadores más allá de sus fronteras. Ocurrió en 1964 con el golpe de Estado que puso en práctica la Doctrina de la Seguridad Nacional enseñada en las academias militares norteamericanas, adoptadas luego por las Fuerzas Armadas de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. De hecho, los militares brasileños tuvieron un activo protagonismo en el derrocamiento de Salvador Allende, en 1973.

El ascenso al poder de Bolsonaro se hará sentir seguramente en las futuras estrategias diplomáticas. Los gobiernos conservadores de Mauricio Macri, en Argentina Iván Duque en Colombia y Sebastián Piñera en Chile, han tomado inmediata nota del significado de este desplazamiento político. Pero la mayor preocupación la tiene por estas horas Venezuela. A lo largo de la campaña electoral, el capitán retirado no solo agitó el peligro "bolivariano" que se cernía sobre Brasil si él derrotado en las urnas. También anticipó que será muy duro con Nicolás Maduro, y no solo en cuestiones fronterizas.

Los nuevos predicadores

Los evangelistas, propagadores de una "teología de la prosperidad" que abrazan 40 millones de fieles, perciben que con Bolsonaro encontrarán más espacio para la prédica y el control de las instituciones educativas. Ellos impulsan el proyecto "escuela sin partido", convencidos que en las aulas debe primar la Biblia y no los contenidos culturales humanistas, a los que consideran versiones solapadas del marxismo.

El entorno del capitán retirado, así como buena parte de sus parlamentarios, se nutren a su vez de los libros y diatribas en Olavo de Carvalho, un astrólogo de veleidades filosóficas que, a los 71 años, reside en Estados Unidos y se constituyó en uno de los grandes fiscales del Partido de los Trabajadores (PT). Días antes de la segunda vuelta, Carvalho llamó a"hacer caer" todo el "esquema de poder" construido a partir de 2003.

También llamó atacar el financiamiento "de todo el movimiento comunista latinoamericano", en relación al Foro de Sao Paulo, que reúne en esa ciudad a la izquierda regional. Carvalho reclamó además disciplinar a intelectuales y artistas críticos, a los grandes medios de comunicación y las universidades.