Elecciones en Brasil
Haddad acorta distancias pero no puede alcanzar a Bolsonaro
Abel Gilbert
Corresponsal en Buenos Aires
Especialista en América Latina y doctor en comunicación. Ha cubierto los principales acontecimientos políticos regionales durante las últimas dos décadas para El Periódico. Es autor de ocho libros, tres de ellos en colaboración, y se apresta a publicar otros dos.
Abel Gilbert
La bruma que envuelve a esta ciudad parece un telón inmaterial que esconde algo. Las bellezas naturales de Río pierden claridad, se difuminan en el horizonte. El ambiente no puede estar más a tono con las vísperas de las elecciones. Unos 147 millones de personas están en condiciones de decidir este domingo en las urnas el futuro de Brasil en la disputa más dramática que se celebra desde que se recuperaron las instituciones. Por primera vez desde el fin de la dictadura militar (1964-73) una derecha radical se encuentra en condiciones de tomar las riendas del Gobierno de un país de dimensiones continentales. El capitán retirado Jair Bolsonaro le saca entre ocho y diez puntos de ventaja a Fernando Haddad, según las consultoras Ibope y Datafolha. El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) viene recortando ventajas sistemáticamente desde las últimas semanas y es posible que la distancia entre ambos se reduzca un poco más. En las vísperas de las elecciones, cerca de Haddad se constataba no sin cierta amargura que, de haber comenzado la campaña 15 días antes habría tenido más tiempo para desenmascarar a Bolsonaro ante la sociedad. Esa demora se debió a que Luiz Inacio Lula da Silva, preso en una cárcel de Curitiba y candidato natural del PT, peleó hasta último momento por su derecho a participar en los comicios. Lula está convencido que fue encarcelado en un juicio que no presentaron pruebas en su contra para evitar que vuelva a la presidencia. En el PT todavía hay quienes creen en milagros. Otros sostienen que si Bolsonaro vence por pocos puntos Haddad habrá hecho un papel más que digno en esta competición. Ciro Gomes, un ex aliado de Lula y tercero en la primera vuelta, le retaceó su apoyó a Haddad en la noche del viernes. Un respaldo vehemente quizá habría permitido que el ex alcalde paulista avanzara más en la intención de voto.
Ya es tarde para muchas cosas. Bolsonaro se acerca cada vez más a la victoria y ese escenario ha provocado temores en reconocidos antipetistas. Felipe Neto, un joven youtuber con casi 30 millones de seguidores anunció a último momento que votará por Haddad. "Yo era neutral en la segunda vuelta por mi odio al PT. Todo cambió cuando habló Bolsonaro y dijo que va a barrer a los opositores fuera del país o mandarlos a la cárcel. Iré por Haddad sin orgullo alguno, pero por la democracia". No menos elocuente ha sido en las últimas horas el ex presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Joaquim Barbosa, quien a través de su cuenta en Twitter anunció que su voto se inclinará por Haddad. “Votar es hacer una elección racional, yo, por ejemplo, reflexioné sobre los aspectos positivos y los negativos de los dos candidatos y, por primera vez en 32 años de ejercicio del derecho de voto, uno de ellos me inspira”. Barbosa está en las antípodas del partido fundado por Lula. De hecho, condenó a algunos de sus dirigentes más importantes cuando estalló el escándalo de la compra de adhesiones opositoras en el Congreso.
La diferencia a favor de Bolsonaro es todavía muy considerable. Sin embargo, insisten unos pocos analistas, podría revertirse. Además, resta saber qué harán finalmente el 13% de brasileños que quieren votar en blanco, nulo o están indecisos. Esto, sostuvo el diario O Globo, confiere una “emoción adicional” a la disputa. “Lo que importa ahora es lo que puede suceder de acá hasta el domingo”, observa Tereza Crunivel en Jornal do Brasil. ¿Qué ha ocurrido para que un resultado que parecía cantado quedara en suspenso? La revelación de la campaña sucia que la ultraderecha realizaba a través de WhatsApp, el impacto que tuvieron la bravata del hijo de Bolsonaro de cerrar el Supremo Tribunal de Justicia y las amenazas de prisión o exilio a Haddad lanzadas por su padre, quien además rehuyó al debate televisivo con su rival, parecen haber impactado en un sector de los votantes.
El nivel de rechazo a Haddad ha seguido reduciéndose. Entre los más jóvenes, Haddad saltó del 39% al 45%, mientras que Bolsonaro cayó del 48% al 42%. Las preferencias de los brasileños no dejan de ser una fuente de sorpresas y paradojas. En un país donde el voto femenino representa al 52,5% del padrón electoral, un 42% de las mujeres optarán por el candidato que hace alarde de su machismo y misoginia. Bolsonaro, quien a su vez confesó que preferiría que su hijo muriera antes de que fuera gai, será elegido por un 29% de las personas que se consideran parte de una minoría sexual.
SALTO A LA OSCURIDAD
La fuente del poder electoral de Bolsonaro se encuentra en los estados de São Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro. Es en esos tres distritos más importantes de este país de dimensiones continentales donde tienen lugar nuevos episodios de intolerancia política. La justicia ordenó que se retiren de las universidades públicas consignas contra Bolsonaro. “Derecho antifascista”, rezaba un gran cartel en la Universidad Federal Fluminense de esta ciudad hasta que fue sacado. Una buena parte de Río adhiere a los deseos del candidato del PSL de revivir lógicas de los tiempos dictatoriales y otorgarle más poder de fuego a las fuerzas de seguridad para combatir el narcotráfico.
Es precisamente entre los uniformados donde el bolsonarismo ha crecido. Felix Campos, quien investiga académicamente a la Policía Civil , le dijo a la revista Carta Capital que dentro de esa institución existe un sentimiento de malestar desde 1988, cuando la Constitución limitó su libertad de acción. “Como perdió el poder de hacer lo que querían, sin castigo, como sucedía en la dictadura, el policía entiende que, hace 30 años, vive sofocado por una ideología comunista”. Creen que con la victoria de la ultraderecha “todo va a volver a ser como antes”. A la par, la agrupación “Policías Antifascismo” ha advertido que “muchos crímenes de odio realizados por partidarios del candidato del PSL no pueden ser tratados como casos aislados, sino como frutos del discurso irresponsable y violento del propio presidenciable”.
La elección del domingo, señala la revista Epoca en su editorial, representa “el mayor salto a la oscuridad de la historia republicana” y “60 millones de Brasileños están embarcados en esa aventura”. La revista convocó a 22 de los principales narradores a imaginar el futuro. Todos sus cuentos auguran un orden represivo y macabro. Para Samir Machado de Machado, Brasil se parecerá a “el planeta de los simios”.
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