TENSIÓN DIPLOMÁTICA

Trump dice que "asesinos por libre" pudieron matar a Khashoggi

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo / periodico

Idoya Noain

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Sobre el papel el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está redoblando la presión sobre Arabia Saudí y los esfuerzos para aclarar qué le pasó a Jamal Khashoggi, el periodista que fue visto por última vez entrando al consulado saudí en Estambul el 2 de octubre y que se sospecha fue brutalmente asesinado en la legación diplomática. En la práctica, el compromiso de Trump con la búsqueda de la verdad en el caso es algo mucho más complicado, una misión en la que la presión creciente incluso del propio Partido Republicano se entremezcla con intereses económicos, geopolíticos y diplomáticos de su Administración en una relación bilateral que está dirigiendo el yerno de Trump, Jared Kushner.

Este lunes, cuando ha mantenido una conversación telefónica de 20 minutos con el rey Salman bin Abdelaziz, Trump ha anunciado primero en Twitter y luego en unas declaraciones a la prensa que enviaba en un viaje inmediato a Riad a su secretario de Estado, Mike Pompeo, para “intentar llegar al fondo” de la desaparición de Khashoggi, un ciudadano saudí crítico con las reformas emprendidas por el príncipe Mohamed Bin Salman que se había exiliado en EEUU y publicaba sus columnas en ‘The Washington Post’. 

Just spoke to the King of Saudi Arabia who denies any knowledge of whatever may have happened “to our Saudi Arabian citizen.” He said that they are working closely with Turkey to find answer. I am immediately sending our Secretary of State to meet with King! — Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 15 de octubre de 2018

En sus comentarios ante los periodistas, no obstante, Trump ha insistido repetidamente en que la casa real saudí “niega firmemente” cualquier responsabilidad del monarca y del príncipe y ha dado alas a la hipótesis de que si hubo asesinato pudo ser obra de “asesinos por libre”. 

Horas después CNN ha informado, citando dos fuentes anónimas, de que los saudís se disponen a publicar un informe en el que asumirán que Kashoggi murió en el consulado. Según esa información, el informe podría decir que el periodista murió en el transcurso de un interrogatorio que "salió mal". Dirá, asimismo, que se trataba de una operación que iba a incluir sacarlo secuestrado  de Turquía que se habría realizado "sin aprobación" ni transparencia. Una de las fuentes de la cadena ha advertido también de que el informe, que aún se está preparando, podría cambiar.

Equilibrismo político

El ejercicio de equilibrismo diplomático de Trump no es nuevo. El fin de semana, en una entrevista, Trump dijo que habría “castigo severo” si se demostraba responsabilidad de la corona, una declaración que elevó la tensión bilateral y motivó la amenaza saudí de “responder a cualquier acción con una acción aún mayor”. Pero en esa entrevista Trump también dio voz a las “vehementes negativas” de Riad y aunque dijo que podría actuar con represalias “poderosas y fuertes” defendió que estas no incluirían cancelar acuerdos económicos.

En el corazón de los intereses de Trump está salvaguardar acuerdos de compra de armamento por valor de 110.000 millones de dólares. Según Trump, fue un éxito lograr las órdenes de equipamiento militar frente a otros países como China o Rusia y romperlos sería “una locura” con efectos negativos para empresas y empleo estadounidense.

Kushner, bajo los focos

Más allá de esos acuerdos, que no siempre llegan a traducirse en contratos, la relación con Riad se ha hecho clave para intereses geoestratégicos de la actual Administración de Washington en la región, especialmente en el objetivo de frenar la influencia de Irán. Y el ‘caso Khashoggi’ pone ahora bajo los focos la intensa, estrecha y personal colaboración del yerno de Trump, Jared Kushner, con MBS, como se conoce al príncipe Bin Salman.

Embarcado en un intento de crear su propio plan de paz para palestinos e israelís, Kushner, de 37 años, parece contar con MBS como un elemento de ese plan. Se ha esmerado en promover la figura del príncipe de 33 años como un joven reformista capaz de llevar la economía y la sociedad de la conservadora monarquía hacia la modernidad y combatir la corrupción, pese a crecientes ejemplos de autoritarismo que ponen en cuestión actuaciones de MBS, desde la intromisión en el Líbano hasta la purga de opositores. Y aunque la Casa Blanca insiste en que Kushner sigue todos los protocolos en sus frecuentes conversaciones con Bin Salman, en algunos casos se produjeron sin que supieran de ellas cargos de seguridad nacional o sin que se tomaran notas y el contenido de muchas sigue siendo, según ha explicado ‘The Washington Post’, “un misterio”.

Por otro lado, esta tarde expertos forenses turcos han entrado en el consulado de Arabia Saudí en Estambul para sumarse a la investigación sobre la desaparición de Khashoggi. Según la emisora NTV, varios agentes de policía, acompañados de forenses, se han unido al equipo de saudís que ya se encontraba dentro del edificio.