declaración polémica

Macron aconseja a los jubilados franceses que dejen de quejarse

"No nos damos cuenta de la suerte que tenemos. Vivimos cada vez más. Era más duro en 1958" le dice el presidente a los vecinos del pueblo de De Gaulle

macron jubilados franceses

macron jubilados franceses / periodico

Eva Cantón

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Emmanuel Macron quiere combatir la imagen de un presidente aislado en el Olimpo y se ha propuesto incorporar a su agenda los baños de masas para ir al encuentro de los franceses. Lo hizo en su último viaje a las Antillas -con polémica incluida al posar para un 'selfie' con un chaval que hizo la ‘peineta’- y este jueves se ha paseado entre los vecinos de Colombey les Deux Eglises, el pueblo donde el general De Gaulle se alejaba del ruido de París y donde está su tumba.

Desde su llegada al Elíseo, Macron ha multiplicado los guiños a la herencia del general y el 60 Aniversario de la Constitución francesa que instauró la V República un 4 de octubre de 1958 le ha servido de pretexto para minimizar la crisis en la que se hunde desde el inicio del curso político.

Pérdida de popularidad, deserción del ministro de Ecología, portazo del titular del Interior, críticas cada vez menos veladas en La República en Marcha al modo de ejercer el poder… “Peripecias”, según Macron, para quien la V República permite “evitar la tiranía de lo inmediato, que es una tontería contemporánea”. “No son las peripecias del día a día las que deciden lo que se tiene que hacer por la nación”, ha dicho.

Pregunta incómoda

La abrupta salida del Gobierno del ministro Gérard Collomb no fue la única pregunta incómoda a la que tuvo que responder el presidente. Entre los habitantes de Colombey les Deux Eglises que esperaban ver al jefe del Estado depositar un ramo de flores en la tumba del general De Gaulle había numerosos jubilados.

Las reformas fiscales del Gobierno han mermado el poder adquisitivo de sus pensiones y periódicamente salen a la calle a manifestar su protesta. “Era más duro en 1958”, les ha recordado el presidente más joven de la V República. Macron les ha sugerido que si dejaran de quejarse las cosas irían mejor.

“El nieto del general me ha dicho que delante de su abuelo se podía hablar con libertad. Lo único que no se podía hacer era quejarse. Creo que es una buena práctica. El país estaría mejor si fuéramos así”.

Baja popularidad

Macron reincide porque el pasado mes de abril ya dijo que Francia tiene “la costumbre de quejarse”. “No nos damos cuenta de la suerte que tenemos”, ha agregado mencionando el aumento de la esperanza de vida y justificando la próxima reforma de las pensiones. Con la última lección a los jubilados, Macron parece empeñado en darle la razón al 70% de los franceses que, según un último sondeo, le ven arrogante.