medida polémica

El ministro del Interior austriaco pide boicotear a la prensa crítica

La solicitud forma parte de una carta enviada a las fuerzas de seguridad por el titular de la Cartera, Herbert Kickl, que ha sido criticada por el primer ministro Sebastian Kurz

el ministro del interior austriaco pide a la policía no informar a la prensa

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Carles Planas Bou

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Vedar a la prensa crítica para que informe menos al Gobierno. Aunque podría tratarse de una medida digna de una autocracia es la próspera Austria quien se plantea poner trabas a los periodistas. Así se desprende de una carta interna que el ministro del Interior transalpino, el ultraderechista Herbert Kickl, ha mandado a la jefatura de la policía proponiendo “limitar al mínimo la comunicación" con los medios de comunicación críticos con su departamento.

Destapado por los diarios ‘DerStandard’ y ‘Kurier’, el mensaje de hasta cuatro página que Kickl ha mandado a la cúpula de los cuerpos de seguridad denuncia que ambos medios “han informado de manera muy sesgada y negativa sobre el Ministerio del Interior y la policía”, motivo por el cual ve suficiente limitar al mínimo su acceso a este departamento. Kickl también propone “no permitirles que sigan teniendo acceso a ‘premios’, como, por ejemplo, acompañamientos exclusivos”.

Además de ese intento por limitar la libertad de prensa, el correo electrónico contenía otros mensajes no menos reveladores. En su mensaje el ministerio también recomienda a la directiva de la policía hacer pública más información sobre delitos sexuales, algo que puede entenderse en clave política. Hasta ahora la policía ha mantenido en privado los informes exhaustivos sobre violaciones y delitos sexuales para evitar así un mayor sufrimiento de las víctimas.

Giro xenófobo

Ese giro no es nuevo. En la última semana el departamento de comunicación de la policía ha implementado otra petición del Ministerio del Interior que solicitaba hacer pública la nacionalidad y el estatus de residencia de los sospechosos detenidos, algo que se ha justificado en base a la transparencia pero que contraviene lo aprobado en el 2014 por el Ministerio de Justicia, que considera que “toda referencia a la etnia, la religión o características personales de los sospechosos como el color de piel” solo puede hacerse pública “si es absolutamente necesaria para comprender los hechos”.

No sin relación, Kickl es un peso pesado del Partido de la Libertad Austríaco (FPÖ), la formación ultranacionalista y anti-inmigración encabezada por el vincecanciller Heinz-Christian Strache -único mandatario europeo de pasado neonazi- que convive en el Gobierno con los conservadores del canciller Sebastian Kurz. El dirigente austríaco ha contradecido a Interior asegurando que “la exclusión o el boicot de determinados medios de comunicación” así como “cualquier restricción de la libertad de prensa es inaceptable”.

Sin embargo, el portavoz del Ministerio, Christoph Pölzl, ha defendido que él mandó la carta y defendió su contenido asegurando que se basa “en la experiencia de muchos empleados” pero añadiendo que el mensaje es "sin carácter vinculante ni siquiera instructivo”. La indignación de los medios de comunicación austríacos no ha tardado en hacerse escuchar. "La carta documenta el problemático manejo de la libertad de prensa por parte de Interior", ha denunciado el redactor jefe adjunto del 'DerStandard', Rainer Schüller, en declaraciones al diario alemán 'Süddeutsche Zeitung'.