CONFERENCIA EN LIVERPOOL

'Brexit' y democracia interna, los debates más conflictivos entre los laboristas

Begoña Arce

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El ‘brexit’ también divide al laborismo británico. El laberinto de la salida de Europa es uno de los dos asuntos del partido que enfrenta a los reunidos en Liverpool, junto al cambio de las normas internas del funcionamiento. La posición oficial es respetar el resultado del referéndum del 2016 y seguir adelante con el divorcio. Las bases, tras dos años de negociaciones caóticas y el último fiasco de Salzburgo, reclaman otra cosa. Jeremy Corbyn, un antieuropeo de toda la vida, tiene una postura ambigua sobre el ‘brexit’ que ve como una oportunidad para una convocatoria de elecciones generales. Pero cada día son más los que piden un segundo referéndum. En los preparativos de la conferencia la dirección se ha visto inundada con mociones de las circunscripciones laboristas pidiendo la nueva consulta, sea cual sea el resultado de las negociaciones con Bruselas. Un total de 151 mociones, según el diario 'The Independent', exigiendo que  el compromiso firme de la segunda consulta figure en cualquier programa de Corbyn.

Votos extra

De acuerdo con un sondeo de la firma YouGov, los laboristas  podrían obtener en torno a 1,5 millones de votos extra, si apoyaran el segundo referéndum. La gente más joven, incluidos activistas que arropan  a Corbyn, son visceralmente 'antibrexit'. El partido estableció seis líneas rojas que no se pueden cruzar en la negociación con Bruselas y las mantiene. El ministro de Finanzas en la sombra, John McDonnell, lo recordó así el sábado, aunque tanto él como el responsable del ‘brexit’, Keir Starmer, no descartan por completo la posibilidad de otra consulta. Poner el ‘brexit’ en manos de los ciudadanos cuenta también con el apoyo de varios sindicatos. Corbyn no ha podido ignorar el clamor y el asunto, tras muchas presiones, será debatido en la Conferencia.

Más poder a las bases

Los militantes también andan enzarzados en la disputa interna sobre los cambios en el funcionamiento del partido, para dar mayor poder a los miembros. ”Los planes laboristas para la democracia deben empezar en casa” afirmaba el joven ideólogo de la izquierda radical, Owen Jones, en uno de sus últimos artículos en 'The Guardian'. En la conferencia se considerará toda y cada una de las normas sobre cómo elegir el líder, la selección de futuros candidatos a diputado o cómo se deben realizar los mítines locales del partido.

Las bases y los activistas de la izquierda radical, que dominan y conducen la política de Corbyn, tienen por el momento un poder marginal en el grupo parlamentario. La mayoría de los diputados se rebelaron contra el mandato del líder y sus seguidores quieren cambiar el mecanismo de preselección de los designados en cada circunscripción. Políticos en Westminster que estén controlados y a las órdenes de los militantes de diferentes movimientos 'antiestablishment'.

Irreconocible

Tres años después de la llegada de Corbyn, el laborismo británico es irreconocible. La formación con 540.000 miembros se ha alejado definitivamente de las posiciones centristas que le llevaron durante trece años al poder con Tony Blair y Gordon Brown. Los moderados que intentaron repudiar a Corbyn han perdido la batalla. Muchos de ellos retendrán difícilmente el escaño en la próxima elección. Se calcula que una treintena lo perderán.