Manafort cooperará con la justicia en la investigación que persigue a Trump

El antiguo colaborador del presidente pacta con la fiscalía para reducir los cargos a los que se enfrentaba

Paul Manafort, durante la Convención Nacional Republicana, el 17 de julio del 2016.

Paul Manafort, durante la Convención Nacional Republicana, el 17 de julio del 2016. / periodico

Ricardo Mir de Francia

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Lejos de Carolina del Norte, donde ya ha tocado tierra el huracán Florence que acapara estos días la atención de los estadounidenses, toma forma una nueva tormenta sobre sobre el tejado de la Casa Blanca. Otro pájaro se dispone a cantar, nada menos que el primer jefe de campaña de Donald Trump, quizás el más oscuro de los personajes de los que se rodeó, un hombre hipotecado por sus negocios en la Ucrania prorusa. Paul Manafort ha aceptado cooperar con la investigación de la trama rusa para evitar el segundo juicio al que se enfrentaba. Como parte del acuerdo extrajudicial, solo se declarará culpable de dos de los siete cargos que se le imputaban. La noticia es mala para el presidente. Su entorno se está viniendo abajo ante la presión de la justicia. 

El acuerdo ha sido anunciado esta misma mañana por el fiscal en un tribunal de Washington. Y supone un nuevo revés para Trump, que llevaba meses alabando la supuesta entereza de Manafort por negarse a negociar con la justicia, como han hecho varios de los exasesores del presidente encausados por el fiscal de la trama rusa, Robert Mueller. El republicano llegó incluso a sugerir que estaba dispuesto a indultarle si callaba. Todo parece indicar, sin embargo, que el lobista habría concluido que no quiere pasar el resto de sus días entre rejas. Ya el mes pasado Manafort fue declarado culpable por ocho delitos de fraude fiscal y bancario. Tiene 69 años, y a falta de conocerse la condena, los expertos esperan que le caigan entre ocho y 10 años de prisión. 

La Casa Blanca no ha tardado en reaccionar para quitarle hierro a la noticia. "Esto no tiene nada que ver con el presidente o su victoriosa campaña de 2016", ha dicho la portavoz Sarah Sanders. "Son cosas completamente distintas". Es lo mismo que ha dicho el abogado personal de Trump, Rudolph Giuliani. "Una vez más se cierrra una investigación con un acuerdo extrajudicial que no tiene nada que ver con el presidente o su campaña". Técnicamente tienen razón. Tanto la primera como la segunda causa de Manafort están relacionadas con el trabajo que hizo en Ucrania para el expresidente proruso Viktor Yanukovitch

Una de sus funciones consistió en tratar de generar apoyo entre la opinión pública estadounidense y su Gobierno para el régimen del aliado de Putin.  Lo hizo entre otras cosas manchando la reputación de su rival, Yulia Timoshenko, a la que trató de pintar en Washington como una antisemita. Nada nuevo para un personaje que trabajó para notables dictadores alrededor del mundo. En cualquier caso, no es su amoralidad lo que se juzga, sino sus maniobras para evadir al fisco. Manafort se dedicó a esconder en paraísos fiscales los millones que ganó en Ucrania para ocultar sus verdaderos ingresos a la Hacienda pública y también mintió a los bancos para obtener préstamos. 

Aunque nada de eso está relacionado directamente con Trump, Manafort dirigió su campaña durante tres meses y estuvo presente o tuvo conocimiento de muchos de los contactos que la campaña tuvo con ciudadanos rusos vinculados al Kremlin, según ha publicado la prensa estadounidense. Manafort no es el primero de los allegados de Trump que cae en las redes de la justicia. Cinco de sus antiguos colaboradores se han declarado culpables de ofensas penales antes los fiscales de Mueller y varios de ellos están cooperando con su investigación.