ASCENSO DEL EXTREMISMO

Los sondeos indican que la extrema derecha puede crecer un 60% en las elecciones europeas

Un estudio anticipa que y los movimientos xenófobos y eurófobos podrían llegar a ocupar una quinta parte de los escaños de la Eurocámara

jimmie akesson

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Reuters

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Unas encuestas de la agencia británica Reuters sugieren que el bloque euroescéptico y ultraderechista podría crecer hasta un 60% en las elecciones al Parlamento europeo prevista para el año que viene, lo que pemitiría que los grupos más hostiles a una integración más profunda de la Unión Europea ocupasen una quinta parte de la Eurocámara. A pesar de que ese crecimiento no sería suficiente como para impulsar grandes cambios, sí que significaría un desafío para los partidos tradicionanales. El auge de los movimientos ultras se produce además en el momento en el que Steve Bannon, uno de los arquitectos del triunfo electoral del presidente Donald Trump en Estados Unidos, ha lanzado un proyecto para impulsar el voto anti-UE en toda Europa. 

El análisis se basa en las últimas encuestas llevada a cabo por agencias acreditadas en los 27 estados de la UE (menos el Reino Unido) y en los resultados obtenidos en los países donde se han celebrado elecciones recientemente, como las del pasado domingo en Suecia, donde el partido extremistas Demócratas Suecos, obtuvo el 17,6% de los votos, quedando como la tercera fuerza más votada en un país tradicionalmente liberal.

Meses de negociación

Otro ejemplo claro es la ultraderechista Liga de Matteo Salvini en Italia, que en las últimas elecciones celebradas el pasado mes de marzo consiguió el mejor resultado de su historia, cerca del 18% de los votos, frente al 4% de los anteriores comicios. Después de meses de negociación, la Liga formó gobierno con el antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S), que fue el partido más votado con el 32% de los votos

La expasión de los radicales se ha producido en la mayoría de los países europeos, tanto en el Europa occidental, con Francia, Alemania, el Reino Unidos o Holanda, como en la central y la del este, con partidos en crecimiento en Austria, Hungría o República checa, y en los escandinavos, como Dinamarca, Finlandia, Noruega o la ya citada Suecia.