GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Asad gana la guerra siria

Con la oposición casi derrotada, Damasco negocia con los kurdos la entrega de sus territorios al régimen a cambio de autonomía

Putin y Assad se reúnen en Sochi

Putin y Assad se reúnen en Sochi / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Hubo un momento, en aquel remoto 2014, en el que Bashar el Asad parecía a punto de caer. Al este de Damasco, las milicias rebeldes, infladas de miles de civiles alzados en armas y militares que desertaban al ver las atrocidades cometidas por el Ejército del régimen, se acercaban rápidos y constantes a la capital siria. Damasco estaba a punto de ser caer, pero, entonces, unos ángeles metálicos caídos de Moscú y cargados con bombas vinieron al rescate del régimen sirio.

Gracias, también, a las milicias pagadas por Irán, Asad ha salvado su vidaSiete años y medio millón de muertos después — el 90% de los cuales, según los recuentos, son responsabilidad del régimen de Damasco—, el presidente sirio está a punto de ganar la guerra.

Negociaciones

En la actualidad, el 60% del país ya está controlado por Asad y en unas semanas la cifra puede crecer: representantes del régimen, en las últimos días, se han reunido con dirigentes kurdos que, apoyados por unos EEUU que quieren marcharse de Siria, controlan el 25% del territorio de Siria; todo el noreste y buena parte de la frontera con Irak. Los kurdos quieren autonomía para sí mismos y su propio sistema de gobernanza y de partido —sólo uno: el Partido de la Unión Democrática (PYD)—; Asad, recuperar el control territorial de todo el país. Cueste lo que cueste.

Fuera de las fronteras de Siria, Rusia presiona y negocia en nombre de su protegido: Bashar el Asad. Hasta hace poco, casi ningún país extranjero —EEUU, la UE, Turquía, Israel, Jordania y las monarquías del Golfo— quería que el presidente sirio lo siguiese siendo una vez terminada la guerra. Pero Rusia lo ha conseguido: ahora su continuidad se ve como algo inevitable.

«La era en la que Estados Unidos han determinado las normas y el orden de Oriente Próximo ha durado 25 años. Ya se ha terminado», explica el analista Steven A. Cook en un artículo en la revista estadounidense ‘Foreign Policy’. El consenso en las esferas de expertos es claro: en la escala internacional, EEUU y la UE han perdido la guerra en Siria. Rusia la ha ganado.

Cerca del final

En la local, sin embargo, los perdedores son siempre los sirios. Los civiles muertos identificados llegan al medio millón; los sin identificar son, en total, casi 200.000. Seis millones y medio han huido de Siria, mayoritariamente a los países vecinos: Turquía, el Líbano y Jordania. Otros seis han sido desplazados forzosamente de sus casas pero se han quedado dentro de su país.

Muchos de ellos han acabado en la región de Idleb, la última zona bajo control de los rebeldes. Allí se dirige, ahora, Asad con su ejército, en la que será, cuando empiece, la última batalla de la guerra civil siria. De conquistar la zona, solo quedarían, fuera de la influencia de Asad las tres pequeñas provincias controladas por Turquía, al norte del país.

Damasco ha dicho que Turquía no es bienvenida allí y que o se marcha por su propio pie o habrán combates. Ankara no tiene ninguna intención de hacerlo. Moscú, como siempre en esta guerra, media entre ambos.

«Aunque los poderes extranjeros acepten el régimen y lleguen a acuerdos con Rusia, Damasco no controlará el país por completo en bastante tiempo —dice el analista sirio Hassan Hassan, uno de los mayores conocedores de la realidad del país árabe—. Mientras tanto, para los rebeldes, el conflicto ya nunca será como ha sido hasta ahora. La guerra no habrá terminado por completo para el régimen, pero sí que está acabada para la oposición». Siete años y medio después, la revolución siria, parece, ha fracasado.