tensión en Bucarest

Masivas protestas en Rumanía contra la corrupción del Gobierno

Las manifestaciones en Bucarest siguen por segundo día consecutivo a pesar de la represión policial que se saldó con más de 400 heridos la noche del viernes

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Efe / Bucarest

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Miles de manifestantes se han concentrado por segunda día consecutivo en las calles de Bucarest este sábado para protestar contra la corrupción del Gobierno. La noche del viernes, la protesta acabó con graves incidentes y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes. Unas 440 personas, 24 de ellas agentes de policía, resultaron heridos en la multitudinaria manifestación. Un total de 65 heridos, 11 de ellos policías, tuvieron que ser hospitalizados.

Los medios rumanos estimaron entonces que unas 110.000 personas participaron en la concentración del viernes en la Plaza de la Victoria. Decenas de personas intentaron entonces romper el cordón policial que protegía la sede del Gobierno, provocando que las fuerzas del orden intervinieran lanzando gases lacrimógenos. La policía usó también cañones de agua y porras contra los manifestantes.

El propio presidente del país, el conservador Klaus Johannis, criticó la "brutal manera de proceder" de la policía contra los manifestantes. Johannis exigió una explicación sobre lo sucedido a la ministra del Interior, Carmen Dan, sobre lo que calificó de "intervención desproporcionada" de las fuerzas del orden.

Fraude electoral

Los manifestantes reclaman la dimisión de la primera ministra socialdemócrata, Viorica Dancila, y del presidente del Parlamento, Liviu Dragnea, líder del gobernante Partido Socialdemócrata de Rumanía y verdadero hombre fuerte de Rumanía. Dragnea no puede ser investido primer ministro por una condena en 2016 por fraude electoral.

El Gobierno de coalición, liderado por los socialdemócratas, ha tomado en los últimos años varias polémicas medidas, que sus críticos dicen dificultan la lucha contra la corrupción, y que han provocado distintas oleadas de protestas populares.

El Parlamento de Rumanía aprobó el pasado julio despenalizar parcialmente el abuso de poder, un cambio legal que puede beneficiar también a Dragnea, que un mes antes había sido condenado a tres años y medio de prisión justo por ese delito. El Gobierno también destituyó este año a la fiscal jefe anticorrupción.