SUDESTE ASIÁTICO

Indonesia busca supervivientes bajo los escombros entre la estampida de los turistas

Los servicios de rescate buscan víctimas entre los escombros en la isla de Lombok

Los servicios de rescate buscan víctimas entre los escombros en la isla de Lombok / STR

Adrián Foncillas

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Indonesia sigue evacuando turistas a la carrera después de que algunos de sus destinos más populares fueran golpeados el domingo por el segundo seísmo en una semana. El temblor que sacudió la isla de Lombok se cobró al menos 91 muertos y 209 heridos. Las cifras subirán en las próximas horas porque aún no se ha podido contactar con las zonas más afectadas de la isla, han advertido las autoridades. Las autoridades no han ofrecido cifras de desaparecidos.

Lombok ofrece un aspecto desacostumbrado. La isla, célebre por sus plácidas playas de aguas prístinas y su volcán, está tomada por socorristas equipos de rescate que buscan supervivientes entre los escombros. Miles de viviendas que habían quedado ya seriamente dañadas por el seísmo anyerior acabaron por rendirse en la tarde de este domingo. El drama ha tensado las capacidades de la región.

"Hay desafíos: las carreteras y tres puentes han quedado dañados, es complicado acceder a algunos lugares y no disponemos de suficiente personal", ha afirmado Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de la Agencia Nacional de Desastres. La electricidad y las comunicaciones seguían cortadas esta mañana en amplias zonas de Lombok y el Ejército anunció que enviaría un barco con asistencia médica, suministros y apoyo logístico para la isla.

Edificios derrumbados

El aeropuerto y los muelles de Lombok están atestados de turistas que buscan destinos más plácidos después de haber experimentado dos seísmos y centenares de réplicas en una semana. Las autoridades han dispuesto tres barcos adicionales y en la mañana de este lunes ya habían evacuado a 358 turistas, tanto indonesios como extranjeros. El aeropuerto de Matamaram, la capital, se encuentra abarrotado y ha amplicado las operaciones a 24 horas al día.

También se estaba evacuando esta mañana a más de un millar de viajeros de las islas Gili, situadas al noroeste de Lombok. Las tres pequeñas islas, célebres por sus corales,  son muy frecuentadas en los últimos años por mochileros y buceadores.

El último seísmo se produjo a una profundidad de diez kilómetros en la parte septentrional de Lombok. Las autoridades locales calcularon una fuerza de 7 grados en la escala Richter, que el Servicio Geológico de Estados Unidos rebajó en una décima. Pudo sentirse en la cercana isla de Bali, mascarón de proa del turismo indonesio, donde murieron dos personas. Los vídeos en las redes sociales muestran a la población corriendo aterrorizada mientras los coches se balancean.

Fue Mataram, la principal ciudad de Lombok, la más castigada. El brío del último seísmo fue excesivo para muchos de los edificios levantados con materiales poco resistentes. "La gente entró en pánico y se dispersó por las calles. Las casas que habían quedado dañadas por el anterior seísmo se cayeron", ha señalado Sutopo.

Fuertes sacudidas

El seísmo generó una alerta de tsunami que empujó a los vecinos y turistas hacia las cimas más altas en las regiones de Lombok Norte y Mataram, la capital provincial de Nusa Tenggara Occidental. La alerta fue desactivada horas más tarde sin que se hubieran registrado olas reseñables. "Veía la televisión cuando sentí una sacudida. La lámpara se movía y la gente gritaba ¡Salid! Salí corriendo en medio de la oscuridad porque no había luz", ha recordado Harian a la agencia AP.

Un seísmo de 6,4 grados ya había asolado el fin de semana pasado la isla de Lombok, dejando 16 muertos y más de 150 heridos. Casi un millar de turistas hubieron de ser evacuados del volcán que remata el Monte Rinjani después de que el masivo desprendimiento de rocas ladera abajo hubiera bloqueado sus rutas de bajada.

Las miles de islas del archipiélago indonesio se asientan sobre el Anillo de Fuego del Pacífico, un área de 40.000 kilómetros con intensa actividad sísmica. Un terremoto frente a las costas de la isla de Sumatra generó en 2004 un tsunami que afectó a una docena de países de la zona y causó unos 280.000 muertos.