GOBIERNO DIVIDIDO

Roma mantiene la ley contra la difusión del odio racial y la ideología fascista

El ministro de Familia, Lorenzo Fontana, había propuesto la derogación de la norma, con el apoyo de Salvini

El ministro de Familia, Lorenzo Fontana (izquierda), posa junto a los demás miembros del Gobierno italiano.

El ministro de Familia, Lorenzo Fontana (izquierda), posa junto a los demás miembros del Gobierno italiano. / .44531608

Rossend Domènech

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El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y su vicepresidente, Luigi di Maio, han bloqueado una iniciativa del ministro de Familia, Lorenzo Fontana, de la Liga, que quería derogar la ley que castiga a quien difunda el odio racial y la ideología fascista. El ministro de Interior, Matteo Salvini, se había manifestado de acuerdo con la supresión de dicha norma, aprobada en 1993, explicando que "a la ideas, incluso a las más extrañas, se les responde con las ideas, no con las esposas".

La iniciativa del ministro --que semanas atrás había anunciado también una revisión de los derechos de los homosexuales--, ha ocasionado un alud de críticas procedentes de todos los sectores. La comunidad judía ha preguntado al jefe del Ejecutivo si la supresión de dicha ley forma parte de su programa, aduciendo que en la República italiana "fundada sobre el antifascismo y sobre la negación del odio y de cualquier forma de racismo", estas leyes "deben ser, en todo caso, reforzadas".

"Gobierno del odio"

Para el secretario del progresista Partido Demócrata (PD), Maurizio Martina,  "quien debe ser derogado es el ministro Fontana" y, junto a él, "el Gobierno del odio, cada vez más peligroso para los italianos". La Asociación Nacional de los Partisanos (ANPI) ha pedido la dimisión de Fontana, mientras que Nicola Frattoiani, de Izquierda y Libertad (LEU) ha proclamado que el controvertido ministro "al menos Fontana no es un hipócrita, puesto que reconoce ser un racista y un fascista".

Según ha explicado el miembro de la Liga, la supresión de dicha ley serviría para impedir que "los globalistas arropen de antifascismo su racismo hacia los italianos". "Que la ley se quede donde está”, ha replicado Di Maio. Por su parte, Conte ha subrayado que las normas que se oponen a la propaganda, la incitación a la violencia y a cualquier forma de discriminación racial, étnica y religiosa, "son sacrosantas".

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