COMISIÓN DE LA CÁMARA DE LOS COMUNES

Londres denuncia la "complacencia" de las oenegés ante la explotación sexual

El Parlamento británico acusa al sector de la ayuda humanitario de estar "más preocupado por su propia reputación" que por la de las víctimas

Dos mujeres pasan ante un mural de Oxfam en Puerto Príncipe, Haití.

Dos mujeres pasan ante un mural de Oxfam en Puerto Príncipe, Haití. / .42135816

Begoña Arce

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Los abusos sexuales son un problema "endémico", en el sector de la ayuda humanitaria, culpable en su conjunto por afrontar la situación con una "complacencia, que raya en la complicidad". A esa durísima conclusión ha llegado el informe elaborado la Comisión de Desarrollo Internacional del Parlamento británico. Su presidente, Stephen Twigg, acusa a las oenegés de estar "más preocupadas por proteger su propia reputación", que la de las víctimas.  

Práctica generalizada

De acuerdo con el informe ha habido "una cultura de negar el problema", desde que el pasado mes de febrero, el diario The Times revelara que los trabajadores de Oxfam desplazados para ayudar a los sypervivientes del terremoto del 2010 de Haití, estaban pagando por relaciones sexuales. Tras el escándalo, otras 22 organizaciones caritativas han debido pedir perdón por incidentes similares. La comisión considera imposible conocer la amplitud del problema, pero sospecha que lo sabido hasta ahora es una simple muestra de una práctica generalizada. No se trata, según la investigación, de incidentes aislados, o de unas cuantas manzanas podridas, como algunas oenegés han querido hacer ver.

"Hay casos de explotación y de abusos sexuales, que se han cometido a través de las organizaciones, los países y las instituciones. Es endémico y desde hace mucho tiempo", señala el informe. "La distribución de ayuda a las personas y las comunidades en crisis se ha visto minada por los depredadores sexuales que explotan los sistemas de gobierno debilitados". Las organizaciones humanitarias debían haber hecho "mucho más" para combatir lo que era, "un secreto a voces".

Registro internacional

Los medios puestos en marcha para acabar con los abusos, como la autorregulación, son insuficientes. Los diputados recomiendan la creación de un registro mundial de trabajadores humanitarios para impedir que los abusadores puedan seguir en el sector cambiando simplemente de oenegés, como ha ocurrido en el pasado.

El comité pide que los esfuerzos se centren en defender los derechos de quienes reciben la ayuda humanitaria, informar de los casos de explotación sexual y abusos y mantener una cultura de tolerancia cero.  "Estamos alertando a todas las autoridades competentes. No importa lo difícil que parezca, vamos a encontrar soluciones. Hay que hacer frente a este horror", afirma Twigg, quien estará presente en la conferencia internacional sobre el sector humanitario a que tendrá lugar en el Reino Unido en octubre.