HAY UN DETENIDO

Explosión ante la embajada de EEUU en Pekín

Una mujer ha intentado quemarse a lo bonzo en otro punto de la capital china

a

a / periodico

Adrián Foncillas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un hombre ha detonado una bomba y una mujer ha sido detenida cuando intentaba quemarse a lo bonzo esta mañana frente a las puertas de la Embajada de Estados Unidos en Pekín. La información sobre estos hechos cuando las relaciones chino-estadounidenses son tensas es aún confusa.

Un hombre de 26 años, apellidado Jiang y originario de la provincia de Mongolia Interior, ha sido detenido después de que intentara lanzar la bomba casera sobre la 1 PM (hora local) dentro del perímetro de la embajada. El intento fracasó y la bomba explotó muy cerca del presunto terrorista, que resultó herido leve. “Hubo un individuo que detonó una bomba. Más allá de este individuo, no hay más heridos. La policía local ha respondido”, ha señalado la embajada estadounidense.

Aplicación de la censura

La explosión ha podido escucharse en una zona céntrica y muy concurrida donde se acumulan buena parte de las legaciones extranjeras. Las imágenes de una columna de humo alzándose sobre el edificio se han extendido por las redes sociales. La policía ha acordonado la zona, alejado a curiosos y desaconsejado a los locales que hablen con los numerosos periodistas. La censura ha actuado pronto y borrado todos los comentarios sobre el atentado en las redes sociales.

Dos horas antes se había registrado otro incidente. Una mujer de identidad desconocida se roció el cuerpo de gasolina e intentó prenderse fuego, pero la policía actuó rápidamente y pudo detenerla. El incidente ha sido confirmado por el diario estatal Global Times, que no ha aclarado si existe algún vínculo entre ambos actos.

La embajada estadounidense, que se trasladó una década atrás a una zona del noreste, es una de las estructuras más fortificadas de la capital. Además de la policía china y las cámaras de seguridad en su perímetro, decenas de miembros de seguridad controlan la entrada y someten a rigurosos chequeos a los que entran en sus instalaciones. Los atentados llegan cuando las relaciones entre las dos superpotencias se encuentran en su punto más bajo de los últimos años por la guerra comercial emprendida por Donald Trump para reducir el desequilibrio de importaciones y exportaciones.

Pekín ha sufrido esporádicos atentados en los últimos años, casi siempre de factura artesanal y sin resultados graves. La única excepción fue el coche conducido por presuntos terroristas uigures (la etnia musulmana originaria de la provincia de Xinjiang) que años atrás atropelló a los turistas que esperaban entrar en la Ciudad Prohibida, en el norte de la Plaza de Tiananmén. Una década atrás también hubo varios casos de individuos que se quemaban a lo bonzo en Tiananmén. Eran en su mayoría trabajadores de las provincias rurales a los que sus empleadores adeudaban meses o años de salarios favoreciéndose de su indefensión legal u otras víctimas desesperadas de injusticias flagrantes.

TEMAS