LA TRAMA DEL 'RUSIAGATE'

EEUU acusa a 12 espías rusos por el pirateo en las elecciones del 2016

Robert Mueller.

Robert Mueller.

Ricardo Mir de Francia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La justicia estadounidense sigue dando pasos establecer responsabilidades en la llamada trama rusa para interferir en las pasadas elecciones presidenciales. El Departamento de Justicia ha acusado este viernes a una docena de agentes de la inteligencia militar rusa de conspiración por el hackeo de los sistemas informáticos del Partido Demócrata y su candidata Hillary Clinton.

Todos los imputados forman parte del Departamento Central de Inteligencia, dependiente de las Fuerzas Armadas y también conocido por sus siglas GRU. Los cargos se anunciaron en vísperas de que el presidente Donald Trump se reúna en Helsinki con Vladimir Putin, en el primer encuentro bilateral entre los dos líderes. Trump ha repetido esta semana que la investigación de sus agencias de seguridad no es más que "una caza de brujas".

Estos nuevos cargos son producto de la investigación que conduce el fiscal especial, Robert Mueller, una de las bestias negras del presidente. Mueller está tratando de dilucidar cómo se gestó la campaña de desinformación y ciberataques contra la democracia estadounidense y si el entorno de campaña de Trump llegó a cooperar con el entramado ruso para perjudicar a Clinton, su rival en las elecciones.

Antes de esta nueva retahíla de cargos penales, Muller había ya presentado más de un centenar de cargos contra 32 personas y tres empresas rusas. De esa lista de acusados, 14 son de nacionalidad rusa, aunque las probabilidades de que comparezcan ante la justicia son prácticamente nulas. También se ha procesado a tres exasesores cercanos a Trump, los cuales se han declarado culpables de los cargos.

Esta nueva demanda alega que los 12 agentes rusos discutieron la forma y el momento mejor para publicar el material robado en los ciberataques. Y lo hicieron con la intención de que tuviera el mayor impacto político posible, según ha declarado el número dos de Justicia, Rob Rosenstein, al hacer públicos los cargos. De acuerdo con Rosenstein, la inteligencia militar rusa le hizo llegar la información a Wikileaks para que la diera a conocer al mundo y creó también otras plataformas para diseminar la correspondencia demócrata, como la web de filtraciones DC Leaks. En la denuncia no consta que ningún estadounidense participara en la trama de la GRU.