HERIDAS DE GUERRA

Los niños iraquís siguen siendo perseguidos por los horrores del conflicto

Un informe de Save the Children revela datos trágicos sobre la salud mental de los pequeños habitantes de Mosul tras la ocupación del Estado Islámico

Una mujer iraquíe con un niño camina entre las ruinas de Mosul, un año después de la liberación de la ciudad

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El Periódico

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Un reciente informe de la organización Save the ChildrenSave the Children intenta concienciar sobre las condiciones de los niños y de los adolescentes iraquís que están intentando recuperar la normalidad de sus vidas en la ciudad de Mosul, después haber vividos durante años la violencia extrema de la guerra y los horrores de la ocupación del Estado Islámico. Un año después de que los milicianos del EI fueran expulsado de Mosul, aún es difícil de sanear las heridas y de olvidar los recuerdos del conflicto. Centenares de miles de niños y niñas siguen siendo víctimas de depresión y de extrema ansiedad, sufriendo serios problemas emocionales.

Los niños de Mosul se han quedado con la sensación de que ningún lugar es seguro. El informe indica que el 80% de niños entrevistados han afirmado no sentirse seguros andando solos por la calle, y que la mitad no se sienten tranquilos sin los padres. Rahaf, una niña de apenas 10 años que fue rescatada tras haberse quedado atrapada entre los escombros de su casa después de que una explosión mató a toda su familia, ahora vive con el miedo de cualquier ruido. Todos los sonidos le recuerdan los de las bombas cayendo. El tío con el que la pequeña huérfana vive ahora ha explicado que teme por poder ser bombardeada en cualquier momento. 

Datos trágicos

El informe de Save the Children, organización líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo, indica datos trágicos: casi la mitad de estos niños se siente triste todo el tiempo, y solo uno de cada diez consigue recordar algo feliz de su vida. Muchos entre los adolescentes entrevistados no les gusta que son, y el 72% de las personas a cargo de estos niños sufre depresión. El 90% de ellos se sienten inútil, frente a la incapacidad de devolver a los pequeños habitantes de Mosul la serenidad de la infancia. Además, la salud mental de los adultos se ha visto tan afectada por el conflicto que los niños casi no reciben apoyo, empeorando aún más su situación. Como no pueden recurrir a sus padres o cuidadores, los niños no hablan para nada de los problemas a que se enfrentan y se alejan de todo su entorno. Algunos se autolesionan y hay el drama de intentos de suicidio de adolescentes

Ana Locsin, directora de Save the Children en Irak, explica que "no exteriorizar los problemas pone en riesgo a los niños a tener baja autoestima, a aislarse y tener comportamientos suicidas y empeora los síntomas de depresión y ansiedad", y añade que "si la sensación de seguridad de los niños no se restablece y los padres no reciben ayuda, los menores seguirán angustiados y esto podría producirles problemas de salud mental a largo plazo". 

Volver a las escuelas

Una solución estaría en encontrar apoyo en las escuelas, pero muchas, casi la mitad, han sido destruidas durante la guerra. Volver a la escuela es otra lucha para los niños, y de todas maneras casi un tercio de los adolescentes afirma de no sentirse seguro en las aulas. De hecho, muchos de estos niños han pasado sus años de formación bajo el ISIS, que ha transformado sus escuelas en campos de batalla y ha asesinatos sus amigos en las clases. "La escuela ya no se considera un lugar protegido para la infancia", ha declarado Locsin. 

Fahad es una niña de 12 años, y su escuela tiene las paredes dañadas por la guerra. "No me siento bien en clase. Un francotirador apuntó a los niños para cuando los padres y madres vinieran a buscarlos pudiera fusilar toda la familia" explicó la pequeña. Las escuelas no se salvaron de la guerra, sino que se convirtieron en primeras lineas de batalla. 

Prioridad a la protección de la infancia

En el 2018 la financiación de las Naciones Unidas para los programas de salud mental para niños y niñas en Irak sólo ha cubierto el 7% de lo que se solicitó en principio. Save the Children pide a la comunidad internacional que priorice la protección de la infancia y aumente los fondos para mejorar su salud mental y psicosocial. También se pretendió que el Gobierno iraquí elaborara una política nacional sobre salud mental para la infancia y las familias afectadas por la guerra. Hay que tomar medidas para garantizar que los niños tengan acceso a los servicios básicos, entre ellos la educación, y puedan sentirse seguros caminando y jugando al aire libre. 

"El futuro de Irak depende del desarrollo de los niños y niñas para que puedan convertirse en adultos sanos y seguros ", ha concluido Locsin.