NEGOCIACIONES EUROPEAS

May, en peligro tras perder a dos ministros en un día

David Davis y Boris Johnson dimiten por discrepancias sobre el 'brexit'

Begoña Arce

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Theresa May lucha por sobrevivir como primera ministra después de encajar la dimisión de dos miembros del Gobierno en menos de 24 horas. Dos ministros del triunvirato que gestiona la salida del Reino Unido de la Unión Europea optaron por marcharse, en desacuerdo con su estrategia negociadora con Bruselas. Al filo de la medianoche del lunes lo hacía el ministro para el ‘brexit’, David Davis. A primera hora de la tarde seguía sus pasos el titular de Exteriores, Boris Johnson. May nombró a Dominic Raaba, de 44 años, como sustituto de Davis, que era ahora entonces Secretario de Estado para la Vivienda. El reemplazante de Johnson aún no se conocía a última hora de ayer. La situación es tan tensa y caótica que es difícil ver cómo May podrá mantenerse en el poder.

Un sueño ahogado

El pasado viernes la primera ministra había celebrado triunfante el respaldo “consensuado” del Gobierno a su estrategia para las relaciones con la Unión Europea tras el ‘brexit’. El pretendido acuerdo se había alcanzado en una reunión maratoniana en Chequers. Apenas duró 48 horas. La renuncia de Davis abrió la crisis en el Ejecutivo que se ahondó con la de Johnson. En su carta de renuncia, el ya exministro de Exteriores lanzó un feroz ataque contra la estrategia de ‘brexit’ de May. Lo que según él debía ser una “oportunidad para hacer las cosas de manera diferente” es ahora “un sueño que está muriendo ahogado por unas dudas innecesarias”.

Johnson asegura que decisiones cruciales se han aplazado, incluidos los preparativos en caso de que las negociaciones concluyan sin acuerdo. “Parece que vamos hacia un semi-brexit, con grandes partes de la economía que seguiría bloqueado por el sistema de la Unión europea, pero sin el control del Reino Unido sobre ese sistema”.

Resistir a Bruselas

Davis, por su parte, aseguró que no busca  la caída de May, porque “es una buena primera ministra”. Tampoco, afirmó, será un candidato al liderazgo de los conservadores, en caso de un desafío de los parlamentarios.  “Soy la persona que tendría que haber negociado esto si no hubiera dimitido como ministro del brexit”, explicó en una entrevista a la BBC, “y como tal hubiera tenido que hacer algo en lo que no creo y que pienso que no va a funcionar. Esa no es una posición que se pueda mantener para alguien que cree en el brexit”.

Ahora apoyará a los parlamentarios conservadores dispuestos a votar en contra el plan. “Espero que resistamos con todas nuestras fuerzas el hacer nuevas concesiones (a Bruselas), porque creo que ya hemos ido demasiado lejos. Espero que un efecto colateral de mi marcha sea el poner presión en el Gobierno para que no haga más concesiones y voy a seguir insistiendo en que hay mejores formas de hacer las cosas”.

Acusaciones de traición

Tras las renuncias, May compareció como estaba previsto en la Cámara de los Comunes para ofrecer detalles de esa estrategia del ‘brexit’, que llevaba meses preparando cuidadosamente y debía presentar la semana próxima en las negociaciones de Bruselas. “La primera ministra ha perdido toda autoridad” y “es incapaz de negociar el brexit”, le reprochó el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn. “Por el bien de este país y de su gente, el Gobierno debe actuar rápidamente. Si no pueden, dejen paso a los que pueden”.

Pero algunas de las críticas más duras partieron de los propios diputados conservadores. El descontento de los euroescépticos, que durante meses se ha discutido en privado, se manifiesta ahora de viva voz.  Los diputados partidarios del ‘brexit' duro están furiosos con el compromiso de Chequers. Uno de ellos  acusó a May de haber traicionado a los militantes que votaron por la salida. “Esto no es una traición”, replicó May enfadada. Creo que es por lo que la gente voto, cuando optó por marcharse y vamos a cumplir lo que pidieron los británicos”.

Uno de sus líderes de un poderoso grupo de ‘brexiteers’, Jacob Rees-Mogg, dejó el aire la amenaza velada de un posible voto de no confianza contra May. “El mejor consejo es que la primera ministra reconsidere el plan”. En Downing Street respondieron que la primera ministra está lista para luchar, si ese voto llega a hacerse efectivo.