tensión en Alemania

La posible dimisión del ministro del Interior por sus diferencias con Merkel pone en vilo a Alemania

La cancillera Merkel y el ministro de Interior, en una imagen de archivo.

La cancillera Merkel y el ministro de Interior, en una imagen de archivo. / periodico

Carles Planes Bou

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Noche de infarto en Alemania. Tras más de ocho horas de reunión en Múnich, el ministro del Interior alemán y presidente de los conservadores bávaros (CSU), Horst Seehofer, ha ofrecido su dimisión a ambos cargos a la cúpula de su partido después de las fuertes discrepancias surgidas por su oposición a los acuerdos migratorios alcanzados por la Angela Merkel durante la semana. A pesar de que se daba por hecho, a las dos de la madrugada el controvertido líder dio otro ultimátum de tres días para tomar una decisión final. Este lunes se reunirá con el partido de la cancillera (CDU) para encontrar una solución a la crisis política que atraviesa Alemania.

Los primeros signos de tensión llegaron a primera hora de la tarde, cuando se filtró que en la reunión del comité ejecutivo de los bávaros Seehofer consideraba insuficientes y “no efectivos” los pactos bilaterales sellados por la cancillera con hasta 16 estados de la Unión Europea (UE) para que estos acepten la devolución de migrantes registrados en su territorio pero residentes en Alemania. Su oposición hacía tambalear al gobierno de Merkel, a quien amenazó con un cierre de fronteras unilateral si este domingo no le presentaba un acuerdo satisfactorio.

Pero lejos de encontrarse con el respaldo de toda la CSU, la negativa de Seehofer y su persistencia en no aceptar lo alcanzado por la cancillera ha abierto una fractura entre los conservadores bávaros. Conscientes de que esa posición podía llevar a un divorcio con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel y a retirarle el apoyo que necesita para gobernar, el ala más centrista del partido le pidió apoyar esos acuerdos, que suponen la mayor restricción migratoria de la historia de la UE.

Ante este escenario de crisis interna, Seehofer puso sobre la mesa tres opciones: aceptar los pactos de Merkel y perder credibilidad, mantener su intención de tomar medidas unilaterales o dimitir, optando 'a priori' por esta última. Sin embargo, los halcones del partido como el presidente del grupo parlamentario, Alexander Dobrindt, se negaron a aceptar esa dimisión y tras horas de presión el ministro aseguró que la decisión de pospondría a los próximos días.

Amenaza electoralista

Aunque termine produciéndose la dimisión de Seehofer es un parche que no pone punto y final a la gran crisis política abierta en las filas del gobierno por sus discrepancias en materia migratorio. Que se calmen las aguas en Berlín dependerá de la decisión final del partido y del camino que elija su posible sustituto, una posición para la que se baraja el nombre de miembros del ala dura como el primer ministro bávaro, Markus Söder, o el propio Dobrindt.

Los críticos del ministro le han acusado de instrumentalizar la política nacional y poner en jaque al gobierno por una cuestión electoralista. Y es que el próximo 14 de octubre Baviera celebra unos comicios regionales en los que la CSU se ve amenazada por la irrupción de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Su propuesta de cierre de fronteras y su creciente oposición a la cancillera se entienden como una herramienta para recuperar el voto conservador fugado a los xenófobos.

Este mediodía Seehofer ha presentado las líneas de su proyecto a sus correligionarios. Crítico acérrimo de Merkel, el “plan maestro” del líder bávaro para frenar la migración secundaria incluía la expulsión en la frontera de aquellos migrantes que hayan sido registrados en otros países de la UE. Tras la negativa rotunda de la cancillera, el ministro le lanzó un ultimátum para que encontrase una salida o actuaría unilateralmente, lo que habría llevado a su expulsión y a un colapso del ejecutivo. Tras tensar demasiado la cuerda, Seehofer puede ver como se cumplen las advertencias que él mismo lanzó en 2005: “Aquel que subestime a Merkel ya ha perdido”.