GRAN MOVILIZACIÓN

Las protestas contra Trump por su política inmigratoria toman las calles de EEUU

Más de 700 manifestaciones reclaman el fin de la 'tolerancia cero' y la reunificación de las familias indocumentadas

manifetaciones en eeuu contra la politica migratoria de trump

manifetaciones en eeuu contra la politica migratoria de trump / periodico

Ricardo Mir de Francia

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Las protestas de baja intensidad contra la política inmigratoria de Donald Trump adquirieron el sábado una dimensión considerable con las manifestaciones convocadas en más de 700 ciudades y pueblos de Estados Unidos. Cientos de miles de personas salieron a la calle en todo el país para reclamar la reunificación de los niños separados de sus padres en la frontera y el final de la llamada política de “tolerancia cero” puesta en marcha por la Casa Blanca para frenar la llegada de inmigrantes indocumentados. Las manifestaciones sirvieron también para sondear el poder de movilización del Partido Demócrata y sus organizaciones satélites, que tratan de galvanizar a su electorado de cara a las trascendentales elecciones legislativas de noviembre, en las que aspiran a recuperar al menos una de las dos cámaras del Congreso.

La jornada de protestas se convocó bajo el lema: Families Belong Together (Las familias tienen que estar unidas), una frase que alude a esos 2.300 niños separados de sus padres en la frontera. La Administración Trump acabó cediendo a la indignación que generaron las imágenes de niños enjaulados y el audio estremecedor de sus llantos al ser arrancados de los brazos de sus mayores e interrumpió las separaciones. Pero muchos siguen esperando en centros de internamiento una reunificación que no llega. “Tenemos tres demandas”, dijo Anna Galland, la directora ejecutiva de MoveOn.org, una de las organizaciones progresistas que han organizado las marchas. “Hay que reunificar ya a las familias. Hay que acabar con los campos de internamiento familiar y revocar la política de cero humanidad que ha creado esta crisis humanitaria”.

Famosos en la marcha

En Washington, Nueva York y Los Ángeles, en Little Rock (Arkansas), Athens (Georgia) o Kansas City (Misuri), los manifestantes blandieron pancartas y corearon consignas contra la política de la Administración. “Solo un cobarde enjaula bebés”; “¿Qué es lo próximo, campos de concentración?”; o “¿Qué pasaría si fuera tu hijo? No a las cárceles familiares”. Rostros famosos, personalidades de la cultura, políticos demócratas y líderes religiosos tomaron la palabra en las principales manifestaciones, como la de Washington, que comenzó frente a la Casa Blanca y marchó hasta el Capitolio con una parada frente al Departamento de Justicia. “Nuestra democracia está en juego. Nuestra humanidad está en juego. Estamos aquí para salvar el alma de nuestra nación”, dijo la cantante Alicia Keys en la capital del país. A su lado tenían a la actriz América Ferrera. Ambas tomaron la palabra después de que el compositor Lin-Manuel Miranda, el autor de ‘Hamilton’, cantara ante varios miles de personas.

Trump no es el primer presidente que ha recurrido a durísimas medidas disuasorias para tratar de frenar la inmigración ilegal a través de la frontera de México. En los años noventa, el demócrata Bill Clinton puso en marcha la Operación Streamline, que, entre otras cosas, sirvió para levantar vallas de varios metros junto a las principales ciudades fronterizas del país. Hasta entonces habían sido los puntos de entrada más transitados por los inmigrantes sin papeles. Desde entonces muchos se vieron obligados a recurrir a las peligrosas y ardientes rutas del desierto, lo que provocó que se dispararan las muertes en la frontera.

Trump quiere ahora blindar casi todo el perímetro fronterizo con un muro, pero el Congreso apenas le ha dado fondos para que el proyecto se materialice. Entre medio, ha decidido criminalizar a todos los adultos indocumentados detenidos en la frontera. La primera entrada ilegal en EE UU solía tipificarse como una falta sin penas de prisión, pero con Trump es un delito grave que se castiga con hasta dos años de cárcel. El presidente también ha ordenado al Pentágono la construcción de campamentos “temporales y austeros” en varias bases militares para internar a las familias detenidas. Se habla, como mínimo, de campos para 25.000 personas.

Una quimera

Son estas medidas las que están siendo contestadas en la calle. “Estamos hablando de seres humanos, de madres que quieren a sus hijos de vuelta. Esto está mal y no es la forma de dirigir nuestro país”, dijo en Boston la secretaria demócrata, Elisabeth Warren. Su partido está tratando de recabar apoyos para desmantelar ICE, la Agencia de Inmigración y Aduanas que conduce las redadas de detención de inmigrantes.

Esa idea se antoja una quimera, a menos que los demócratas recuperen el Congreso en noviembre. Trump no ha tardado en salir en defensa de ICE. “No os preocupéis ni os desaniméis”, ha escrito en Twitter. “Los demócratas de la izquierda radical os quieren fuera. La próxima será la policía. Ninguna posibilidad. Nunca sucederá”.