EL DRAMA DE LA INMIGRACIÓN

Acuerdo de mínimos sobre inmigración tras el amago de veto de Italia

Silvia Martinez

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Si el acuerdo migratorio cerrado esta madrugada pasará la prueba del algodón es todavía una gran incógnita, pero de momento los 28 jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea han conseguido ponerse de acuerdo y cerrar un acuerdo de mínimos sobre inmigración que incluye la creación de centros (voluntarios) de retención de inmigrantes en suelo europeo, a los que llevar a las personas rescatadas en el mediterráneo, y la posibilidad de crear plataformas similares en África. “No es el mejor de los acuerdos pero es un acuerdo importante que permite seguir caminando con una perspectiva europea”, ha valorado el presidente español, Pedro Sánchez, tras su estreno en un Consejo Europeo.

El pacto ha sido posible tras 13 horas y media de cumbre, decenas de reuniones bilaterales y una intensa jornada de trabajo para reescribir el borrador de conclusiones. Finalmente el tercer texto ha sido el definitivo a las 4.34 de la madrugada. “En líneas generales, tras una intensa discusión sobre el tema más desafiante para la Unión Europea, es una buena señal haber acordado un texto común. Soy optimista aunque todavía tenemos mucho trabajo que hacer para superar los distintos puntos de vista”, ha admitido la cancillera alemana Angela Merkel.

Los problemas políticos internos en Alemania o Italia y la exigencia de mano dura de los países de Visegrado (Hungría, Polonia, República checa y Eslovaquia) han complicado enormemente el debate hasta el punto de que han obligado a los dirigentes europeos a pasar la noche en vela negociando hasta los puntos y las comas del texto. El Gobierno italiano que lidera Giuseppe Conte llegó a la cumbre amenazando con bloquear todo el documento de conclusiones si no se satisfacían sus demandas en materia migratoria.

Amenaza de veto

“Nuestras propuestas son razonables, conformes al espíritu y a los principios de la UE. Estos últimos años Italia ha recibido expresiones de solidaridad de palabra. Esta es la ocasión de dar pruebas de solidaridad con hechos”, reclamó el dirigente italiano. Una amenaza de veto que ha desembocado en intensos tiras y aflojas entre Francia e Italia por una parte, promotores de la propuesta que ha alimentado el debate, y los países de Visegrado, opuestos a comprometerse con ningún esquema que fuera obligatorio.

Finalmente el acuerdo ha sido posible porque será absolutamente voluntario. “Ha sido una negociación larga pero Italia hoy no está sola”, ha proclamado Conte, satisfecho porque el texto reafirma el principio defendido por su gobierno de que los inmigrantes que llegan a Italia lo hacen a Europa. El acuerdo recoge la creación de “centros controlados” en la UE, financiados también por la UE, a los que trasladar a los inmigrantes rescatados, y donde procesar con rapidez las solicitudes de asilo. Los inmigrantes económicos serían repatriados y los demás serían redistribuidos.

La clave, la voluntariedad

La clave para que la idea haya sido aceptada es que estas instalaciones se crearán sobre una base voluntaria, lo mismo que el reparto posterior de los demandantes de asilo que también serán distribuidos solo entre los Estados miembros que los quieran acoger. Una voluntariedad que ha dominado buena parte de las discusiones. “Todas las medidas en el contexto de estos centros controlados, incluida la reubicación y reasentamiento, será sobre una base voluntaria sin prejuzgar la reforma de Dublín”, señalan las conclusiones. El plan también encarga a la Comisión Europea y al Consejo que exploren la posibilidad de crear plataformas de desembarco regionales en países terceros, en cooperación con el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, una vía que consideran clave para destruir el modelo de negocio de los traficantes y reducir los incentivos que llevan a los inmigrantes a embarcarse.

Según ha explicado el primer ministro italiano, Italia no ha decidido todavía si albergará alguno de estos centros europeos. En principio España tampoco creará ningún centro aunque Sánchez ha recordado que ya tienen infraestructuras. “Tenemos un dispositivo perfectamente instrumentado, perfectamente armado”, ha indicado tras la reunión. “Cada país tendrá que decidir qué respuesta dar. Nosotros lo que necesitamos como país era mayor solidaridad por parte de la UE” y “la hemos percibido”, ha indicado satisfecho porque el acuerdo compromete más ayuda financiera para España y Marruecos para frenar el flujo migratorio a través de la ruta del mediterráneo occidental.

Más dinero para África

El pacto también recoge el compromiso de desbloquear el segundo tramo de 3.000 millones para la facilidad de refugiados de Turquía y transferir otros 500 millones para el Fondo de África. Además, tal y como propuso el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, los 28 se comprometen a reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito y a seguir apoyando a los guardacostas libios.

A ninguna delegación le interesaba salir de esta cumbre sin un acuerdo. Ni a Roma ni tampoco a Berlín. Merkel necesita regresar a Alemania con un pacto que tranquilice a sus socios bávaros de la CDU y esta noche se ha esforzado de nuevo por encontrar el siempre difícil equilibrio en un tema tan delicado como el migratorio. En este sentido, las conclusiones también recogen lo que más preocupa en su país: los movimientos secundarios de solicitantes de asilo que se trasladan de un país a otros. Los 28 admiten que este fenómeno amenaza la integridad del sistema común de asilo y el espacio de libre circulación de Schengen. “Los Estados miembros deberían adoptar todas las medidas legislativas y administrativas necesarias para contener esos movimientos y cooperar estrechamente los unos con los otros”.