LA ESTRATEGIA DEL PRESIDENTE DE EEUU

Trump (también) asalta el Congreso

La irrupción del Tea Party y del nuevo presidente vira la presencia republicana en las cámaras hacia un perfil más conservador y liberal

El presidente del Gobierno de EEUU, Donald Trump se dirige a dirigentes republicanos en el Congreso en una recepción en la Casa Blanca.

El presidente del Gobierno de EEUU, Donald Trump se dirige a dirigentes republicanos en el Congreso en una recepción en la Casa Blanca. / periodico

Idoya Noain

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El mismo día que se presentaba el plan de reorganización del Gobierno de Trump, los republicanos en el Congreso aprobaban por los pelos (213-211, con 20 republicanos en contra), una propuesta de ley agraria que forma parte del asalto a los programas de asistencia pública. Muchos de esas iniciativas, incluyendo el de los sellos de comida, dependen actualmente del Departamento de Agricultura (aunque con el plan de Trump pasarían a Salud).

La propuesta de ley sigue la filosofía de la Administración Trump y establece que cualquier adulto de entre 18 y 59 años que quiera seguir recibiendo la ayuda alimentaria, sin tener en cuenta sus circunstancias, deberá pasar 20 horas por semana trabajando o participando en programas estatales de formación. Los demócratas y activistas que trabajan con los pobres denuncian que los estados no tienen capacidad para gestionar los cambios y advierten de que cientos de miles de personas de bajos ingresos podrían acabar perdiendo la asistencia.

Christopher Bosso, profesor de política pública en la Northeastern University, ve un paralelismo entre la historia de la ley agrícola y la del Partido Republicano. "Está ahora dividido entre conservadores tradicionales, rurales, y los ideólogos del Freedom Caucus", reflexionaba en The Washington Post'. Bosso se refiere a la ola de republicanos conservadores que empezaron a llegar a las Cámaras con el Tea Party y luego con Trump y que valoran sobre todo la reducción del tamaño del Gobierno, los recortes de gastos y las reformas como la de la inmigración más que las preocupaciones de los constituyentes de los estados agrícolas.

El problema para los republicanos es que necesitan también aprobar, con 60 votos, una propuesta en el Senado, donde tienen solo 51 escaños. Los recortes en el programa de ayuda alimentaria hacen prácticamente imposible que prospere.