POLÉMICA INTERNA

Vajilla nueva (y carísima) en el Elíseo

La prensa gala arremete contra Macron por gastar medio millón de euros en un servicio de mesa de Sèvres

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Eva Cantón

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El cinismo que Emmanuel Macron ha visto en la negativa de Italia a acoger el buque 'Aquarius' repleto de migrantes a la deriva no sólo ha generado un conflicto diplomático con el sulfuroso Gobierno de Giussepe Conte. Sus duras palabras hacia la actitud del país vecino se están volviendo en su contra como un bumerang. Veinticuatro horas después de irritar a Italia, cabreó a media Francia al decir que las ayudas sociales les cuestan al Estado “un montón de pasta”.

Sin embargo, el Elíseo tendrá una nueva vajilla de la reputada manufactura de Sèvres que le costará al erario público la friolera de medio millón de euros, según revelaba este miércoles el diario satírico ‘Le Canard Enchaîné, que desconfió de la versión oficial del palacio presidencial cifrando el gasto en 50.000 euros y se puso a mirar el precio de los platos en el catálogo del fabricante.

La propia Sèvres ha informado de que Macron y su esposa han encargado 1.200 platos -900 llanos y 300 de pan- “en consonancia con la idea de cambio de la Presidencia”. Treinta artistas y diseñadores participaron en una oferta pública lanzada en diciembre y la primera dama, Brigitte Macron, eligió personalmente al ganador, Evariste Richer, que ha decidido darle al servicio de mesa el nombre de ‘Azul Elíseo’. Una referencia monárquica donde las haya porque el ‘Azul de Sèvres’ era el de la porcelana usada en su momento por la familia real francesa.

Cuando el Elíseo anunció hace días la renovación de su vajilla habló de un coste de 50.000 euros. Pero esta es la cantidad destinada sólo a pagar a los 30 artistas que participaron en el concurso público. La factura real alcanzará e incluso superará los 500.000, teniendo en cuenta que los platos más sencillos están valorados en 400 euros, y en más de 500 los que llevan un diseño contemporáneo.

Camuflar la cuenta

A las maniobras palaciegas para camuflar una cuenta desmesurada se añade otra argucia que también explica ‘Le Canard’. La factura de las producciones de la cerámica de Sèvres Limoge –que así se llama desde que se rebautizó en el 2009- no corren a cargo del Elíseo sino que se ofrecen gratuitamente para proporcionar los servicios necesarios a las diferentes residencias presidenciales.

Lo que ocurre es que el 60% de los recursos económicos de la empresa de loza sale de los presupuestos generales del Estado gracias a las subvenciones del erario público. Este año han alcanzado los 4.448 millones. La vajilla presidencial escapa pues al rigor presupuestario y esquiva las reglas de transparencia impuestas por Nicolas Sarkozy y François Hollande que impiden al Elíseo hacerse cargo de los gastos asumidos por otras instituciones.

La vajilla en cuestión, que tardará varios años en estar lista aunque un primer lote de platos llegará a palacio a finales de año, será “una exploración sabrosa de las delicias de nuestro saber vivir y una tabla de lectura de la historia de la República y del gran refinamiento de la cultura francesa”, describe Richer. “Macron critica el “cinismo” de Italia sobre los migrantes, quiere responsabilizar a los pobres, la nueva vajilla no ha costado 50.000 euros...¿Quién es más cínico?”, se preguntaba este jueves el semanario ‘L’Obs’.