La Asamblea Nacional francesa aprueba la polémica reforma del ferrocarril

Los sindicatos mantienen el pulso con el Gobierno y convocan una gran movilización el próximo 28 de junio

Resultado de la votación en la Asamblea francesa.

Resultado de la votación en la Asamblea francesa. / periodico

Eva Cantón

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Por una amplia mayoría de 452 votos a favor y 80 en contra, la Asamblea Nacional francesa ha dado este miércoles su aprobación definitiva a la reforma de la SNCF(el equivalente a la Renfe) que a partir del 2020 abre el sector a la competencia y pone fin a las ventajosas modalidades de contratación de los trabajadores del ferrocarril.

El proyecto de ley será aprobado este jueves en el Senado sin sorpresas y permitirá a Emmanuel Macron anotarse un tanto más que simbólico. Hasta ahora todos los inquilinos del Elíseo que plantearon la modernización de la empresa estatal se habían tropezado con una férrea oposición sindical. En el imaginario colectivo de los franceses está viva la imagen de un país bloqueado que en 1995 obligó al primer ministro Alain Juppé a dar marcha atrás.

Sin embargo, los tiempos han cambiado. Convencido de que esta vez la opinión pública estaría de su lado, el Gobierno encabezado por el conservador Edouard Philippe ha apostado por mantenerse firme en los puntos innegociables y flexible en aquellos que podrían dividir el frente sindical.

El Ejecutivo ha cedido terreno al asumir 35.000 de los 55.000  euros de deuda que arrastra el sector; se ha comprometido a impedir la cesión del capital público de la empresa estatal -que pasará a ser una sociedad anónima- y permitirá que los trabajadores transferidos a la competencia conserven sus actuales condiciones salariales. Estas dos últimas medidas, incorporadas por el Senado para satisfacer las demandas de los sindicatos reformistas, despejaron definitivamente el camino.

Huelga intermitente

Los sindicatos, que han acostumbrado a los usuarios a convivir con una huelga intermitente desde el pasado mes de abril –la más larga de la SNCF en 30 años- no bajan los brazos y seguirán con los paros a pesar de que su seguimiento es cada vez menor. Han convocado, además, una gran manifestación para el próximo 28 de junio.

Las centrales no han logrado aglutinar las protestas de los sectores afectados por las reformas del presidente -estudiantes, jubilados y funcionarios- y las múltiples movilizaciones en defensa del sector público no han alterado un ápice los planes del Gobierno.