Ataque en Bélgica

El Estado Islámico reivindica el ataque de Lieja

ataque en Lieja Bélgica

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Silvia Martinez

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El grupo Estado Islámico ha reivindicado este miércoles el ataque cometido en Lieja por Benjamin Herman en el que murieron dos agentes de policía y un joven estudiante. "El autor del ataque de la villa de Lieja es un soldado del Estado Islámico", ha anunciado en un comunicado emitido a través de uno de sus medios de propaganda, la agencia de noticias Amaq. En la nota no ofrecen más detalles y solo advierten que el atentado es la respuesta a los llamamientos a atacar a los países de la coalición internacional.

La Fiscalía ya había confirmado este miércoles que investiga los asesinatos de las dos agentes de la policía local, Soraya Belkacemi, de 44 años, Lucile García, de 54, así como del joven Cyril Vangriecken de 22 años, como "asesinato terrorista" y "tentativa de asesinato terrorista" porque consideran que los elementos existentes “indican que podría tratarse de un atentado terrorista”, ha indicado el magistrado Eric Van der Syrt.

Para empezar, porque el ataque sigue el modus operandi que el Estado Islámico reclama en sus vídeos en internet. En segundo porque el agresor gritó en varias ocasiones Alá Akbar (Alá es grande) y, por último, porque hay informaciones de la policía federal de Lieja y la Seguridad del Estado que sostienen que estaba en contacto con personas radicalizadas en la cárcel. “Estas informaciones datan de 2016 y 2017 pero no han sido confirmadas desde entonces”, ha relatado la Fiscalía sobre Herman, un joven nacido el 12 de enero de 1987, de nacionalidad belga, delincuente reincidente condenado en varias ocasiones por robos con violencia, consumo de estupefacientes y resistencia a la autoridad.

Examen toxicológico al agresor

El juez de instrucción de Lieja especializado en terrorismo se ha hecho cargo del caso y ha ordenado la autopsia de las tres víctimas y también un examen toxicológico del cuerpo del agresor, abatido el martes por la unidad especializada de la policía de Lieja. La investigación se centra ahora en determinar si actuó solo. De momento solo ha trascendido que el joven salió de la cárcel con un permiso penitenciario el lunes a las 7.30 de la mañana y que tendría que haber regresado a la prisión de Marche-en-Famenne a las 19.30 de la tarde del martes, 36 horas después.

“Ante todo me siento responsable porque tengo la responsabilidad de prisiones”, ha admitido el titular de justicia, Koen Geens, en la cadena pública RTBF. Herman debía cumplir una condena de 12 años que hubiera terminado en 2020 pero se encontraba disfrutando de un permiso penitenciario cuando asesinó el martes a tres personas lo que ha desatado críticas entre algunos familiares de las víctimas y entre los partidos de la oposición.

El tribunal de apelaciones había rechazado su liberación provisional y no se beneficiaba de ningún permiso penitenciario prolongado. Pero el presunto asesino de las cuatro persona figuraba en dos informes de la seguridad del Estado y en uno de la policía y tanto los servicios de la OCAM, que analizan el riesgo de atentado terrorista en Bélgica, como la célula extremista de la prisión en la que cumplía condena por delitos comunes lo sabía.

¿Estaba radicalizado?

“Los servicios penitenciarios confirmaron unas horas después del tiroteo que su evaluación de la época de no incluir a este detenido en un banco de datos de personas peligrosas era correcto. La decisión no se tomó de forma inconsciente”, ha explicado el titular de justicia que ha descartado reabrir el debate sobre los permisos penitenciarios aunque sí ha admitido que este caso “merece un examen de conciencia” por su parte.

Según los datos revelados hasta el momento, Herman se habría convertido al islam hace unos años, en 2012, según Geens. Pero ¿participar en rezos en grupo y hacer el Ramadán constituyen elementos de radicalización o signos de peligrosidad?”, ha preguntado. Las autoridades no descartan ninguna hipótesis, ni tampoco que el asesinato de Wilmet el lunes fuera el desencadenante del ataque posterior en Lieja. “No tenía ninguna perspectiva en nuestra sociedad porque había cometido un asesinato la noche antes”, ha sugerido Jambon. 

Testimonio de la rehén

Según el testimonio a la RTBF de la mujer de la limpieza que el presunto terrorista tomó como rehén en el instituto Leonie Waha, Herman le preguntó si era musulmana y si seguía el Ramadán a lo que Darifa, que es como se llama la mujer, respondió afirmativamente. "Me dijo que no me inquietara que no me haría nada". Aliviada ha explicado que intentó razonar con él y señalarle que estaba en una escuela con muchos niños. "En un momento hice una señal con mis manos para mostrar a los profesores que estaban en el patio que tenían que irse de allí pero creo que no me entendieron".

Herman, ha explicado, miró en esa dirección y "me dijo que parara y pensara en mis hermanos palestinos y sirios". No estaba, según ella, ni nervioso ni violento ni parecía tener intención de escapar y simplemente la hizo moverse para que la policía la viera bien. "Yo estoy aquí para que se cocinen a fuego lento", le dijo por la policía. "En un momento me dijo que abriera la puerta y pidiera a los policías que se marcharan. Abrimos una segunda vez la puerta que es cuando tiró su carnet de identidad para que vieran quien era. A la tercera, me marché y salió. Creo que era consciente de que era su final".

Otro asesinato el lunes

La Fiscalía Federal también ha admitido este miércoles que sospechan que Herman también asesinó el lunes a otra persona en Marche-en-Famenne. Se trata de un toxicómano de 30 años llamado Michel Wilmet con el que había coincidido en la cárcel de Lantin y que murió de un fuerte golpe en la cabeza. El dato lo ha confirmado esta mañana también el ministro del Interior, Jan Jambon, en los micrófonos de la cadena RTL.