PENÍNSULA COREANA

Corea del Norte libera a tres estadounidenses como gesto hacia Trump

El presidente estadounidense anuncia la liberación en un tuit en que avanza que ya hay fecha y lugar para su encuentro con Kim Jong-un

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Adrián Foncillas

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Corea del Norte ha liberado a los tres ciudadanos estadounidenses en otro gesto de Pionyang que aceita la planeada cumbre entre Kim Jong-un y Kim Jong-unDonald Trump. La decisión se daba por descontada desde que se supo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, había aterrizado este miércoles en la capital norcoreana con la misión de llevárselos a Washington.

La noticia fue desvelada por Trump desde Twitter cuando estaban ya en el vuelo de vuelta. El presidente aludió a “los tres maravillosos caballeros que todo el mundo espera conocer”. También aseguró que parecen gozar de buena salud y que los recibirá en el aeropuerto.

La liberación de los tres detenidos empezó a cocinarse cuando el ministro de Exteriores norcoreano la mencionó dos meses atrás en Suecia. Son Tony Kim Kim Hak-song, arrestados en el 2010 mientras impartían clases a los hijos de la élite política norcoreana en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pionyang. Fueron acusados de actos hostiles contra el régimen. El tercero es Kim Dong-chul, un pastor detenido en el 2015 y condenado a diez años de trabajos forzados por espionaje. Kim confesó en televisión dos años atrás que había intentado robar secretos militares para Seúl.

Las estériles gestiones de Obama

Trump ya había presentado la operación en la víspera como una victoria y recordado las estériles gestiones de su predecesor, Barack Obama. Un vistazo a la hemeroteca sugiere que pesaron menos las presuntas habilidades negociadoras de Trump que los usos norcoreanos. Pionyang acumula décadas sirviéndose de los detenidos estadounidenses como activos diplomáticos para forzar la genuflexión de Washington.

El expresidente Jimmy Carter sacó en el 2010 a un activista religioso afroamericano que había cruzado la frontera para convencer a Kim Jong-il, padre del actual dictador, de que confesara sus pecados. Carter pidió disculpas por el comportamiento del religioso y Corea del Norte le liberó por la manida fórmula de las “razones humanitarias”. Bill Clinton había volado un año antes a Pionyang para llevarse a dos periodistas con una fórmula parecida.

La jugada es recurrente: ciudadano estadounidense detenido en Corea del Norte por cualquier vaporoso cargo, condenado a varios años de trabajos forzados y entregado poco después por razones humanitarias a algún alto funcionario enviado por Washington. Es fácilmente vendible a la audiencia interna como prueba de un gobierno poderoso y misericordioso a la vez.

¿Singapur o Mongolia?

La visita de Pompeo, la segunda en dos meses, también sirvió para concretar los detalles de la futura reunión presidencial. De esta ya han acordado el lugar y la fecha, que serán pronto desvelados. Los rumores más sólidos apuntan a mediados de junio en Singapur, después de la cumbre del G-7. Mongolia y la frontera coreana, destinos más cercanos a Pionyang, han perdido fuelle. El reciente viaje en avión de Kim Jong-un a la costa china sugiere que ya ha superado su aprensión a volar.

El anuncio de que ya hay fecha y lugar escampa la posibilidad de una cancelación a última hora. Pionyang había insistido esta semana que acudirá a las negociaciones tras alcanzar la meta de su programa nuclear. La obstinada repetición desde Washington de que llegaba forzada por la política de sanciones de Trump es, opinaba Corea del Norte, escasamente caballerosa y un riesgo para su éxito. Pompeo ha desmentido hoy a su presidente y apuntado al deseo coreano. “Esto no es el resultado de las sanciones impuestas desde el exterior”, ha dicho en Pionyang.

El otro factor, subrayado por los expertos más razonables, es que Trump y su equipo han carecido de tiempo para estudiarse un tema tan espinoso y enfrentarse a los encallecidos negociadores norcoreanos. Esas sospechas quedaron subrayadas ayer cuando Pompeo se refirió al “Mariscal Un”. No se intuye muy versado en la materia quien ignora el orden correcto en coreano del nombre y el apellido. Trump no retrasará una cita que le proporcionará su foto para la historia.

Cumbre trilateral

Son días de diplomacia febril en la región. Japón, China y Corea del Sur han celebrado este miércoles una cumbre trilateral en Tokio infrecuente por las heridas sin cicatrizar acumuladas. Li Keqiang, primer ministro chino, Shinzo Abe, primer ministro japonés, y Moon Jae-in, presidente surcoreano, han acordado juntar esfuerzos para lograr la desnuclearización de la península en lo que podría entenderse como un propósito regional común contra las turbulencias estadounidenses. Los tres han afirmado que la comunidad internacional tendrá que apoyar “el desarrollo económico” de Corea del Norte si cumple su parte. Es una fórmula sutil para recordar que el empobrecido país necesitará de ayudas.

Pero la desnuclearización norcoreana depende menos del talonario que de las garantías de seguridad que obtenga de Washington y los últimos acontecimientos suman piedras al camino. Washington ha roto el tratado de desnuclearización con Irán en contra de la comunidad internacional, de los expertos y del sentido común. No es el tipo de gesto que apuntala su credibilidad en las vísperas de reunirse con un Gobierno tradicionalmente paranoico.