Justicia de Chile y Alemania comparten información sobre la Colonia Dignidad

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Una delegación de fiscales y representantes del Ministerio de Justicia de Alemania se reunieron en Santiago con magistrados chilenos para compartir, por primera vez, información sobre la Colonia Dignidad, un enclave de antiguos nazis que colaboró en Chile con la dictadura de Augusto Pinochet.

Fuentes judiciales confirmaron hoy que los miembros de la misión se reunieron el lunes con el juez especial Mario Carroza, encargado de causas sobre violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, y también se entrevistarán con el presidente de la Corte de Apelaciones de Talca, Hernán González.

Este último fue el encargado hace algunos años de investigar denuncias de violaciones y abusos sexuales cometidos por Paul Schäfer, un antiguo suboficial nazi que fundó la Colonia en 1961 y que murió en la cárcel tras ser condenado por esos delitos.

Los representantes de la Justicia alemana -encabezados por Alex Stahl, fiscal de la ciudad de Krefeld- pidieron en concreto antecedentes sobre Harmut Hopp, un cercano colaborador de Schäfer que huyó en 2010 al país europeo tras ser condenado en Chile a cinco años y un día de prisión como cómplice de abusos sexuales a dieciséis niños del enclave.

En Alemania, Hopp es investigado por la desaparición de presos políticos llevados a la Colonia Dignidad, lesiones, administración indebida de psicofármacos a colonos y complicidad con los abusos sexuales a niños, caso a cargo del fiscal Stahl, quien pidió información al juez Carroza.

"Si en su revisión (del expediente chileno) encuentran piezas necesarias para su investigación, facilitaremos esa información. También lo relacionado con las excavaciones realizadas en Colonia Dignidad", dijo el juez Carroza a los periodistas.

"Hemos compartido información, hemos facilitado algunas situaciones como documentos, como la posibilidad de que testigos declaren en Alemania que tienen intervención acá en Villa Baviera", añadió.

El enclave alemán, de 16.000 hectáreas y situado a unos 380 kilómetros de Santiago, en la localidad de Parral, funcionó durante décadas como "un Estado dentro de otro Estado", según relató el fallecido expresidente de Chile Patricio Aylwin.

Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), fue utilizado por la policía secreta como centro de torturas y exterminio y, desde sus instalaciones, se hizo desaparecer a un número aún no determinado de prisioneros.

Los jerarcas del lugar también transgredían las leyes laborales y tributarias de Chile con la complicidad de una red de protección y, en un registro hace algunos años, se encontró un búnker lleno de armas que incluían misiles tierra-aire y cañones antiaéreos.

En otro búnker había unas 40.000 fichas de personas que aparentemente habían sido espiadas por la policía secreta de Pinochet.

El pasado enero el juez Carroza realizó en la Colonia algunas diligencias tendentes a la detección de restos de detenidos desaparecidos que, según familiares de las víctimas de Pinochet, habrían sido lanzados a una fosa dentro de la operación "Retiro de Televisores", ordenada por el dictador en 1978.