VIOLENCIA EN SUDAMÉRICA

El presidente de Ecuador confirma la muerte de los periodistas secuestrados

Las autoridades ofrecen 100.000 dólares de recompensa para localizar a los autores del triple asesinato, supuestamente vinculados a un grupo disidente de las FARC

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Abel Gilbert

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Ecuador se sumió en la estupefacción y el dolor después que su presidente, Lenín Moreno, confirmara los asesinatos en Colombia de un equipo periodístico del diario 'El Comercio' en manos de un grupo disidente de las FARC que no se sumó al acuerdo de paz con el Gobierno. La suerte fatal que corrieron Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra comenzó a ser temida desde el momento en que Moreno abandonó Lima, donde participaba de la VIII Cumbre de las Américas. En Quito nuevamente, y después de que se conocieran fotos no concluyentes de los supuestos cadáveres de los periodistas, dio a los secuestradores un plazo de 12 horas para que presentaran pruebas fehacientes de sus vidas. “Caso contrario, iremos con toda la contundencia, sin contemplaciones”. Solo recibió un silencio sepulcral a cambio.

Fuerzas conjuntas de los dos países se preparaban para “sancionar a estos violadores de todos los derechos humanos”, dijo también Moreno, que declaró tres días de luto. Se ha pedido al Comité Internacional de la Cruz Roja que participe en el rescate de los cuerpos. “Colombia tiene una larga experiencia en la lucha contra estas organizaciones criminales y hemos puesto a disposición de Ecuador todo nuestro poderío”, anunció desde Bogotá el presidente Juan Manuel Santos

Se ha ofrecido una recompensa de 100.000 dólares a quienes puedan brindar información sobre el paradero de los autores del triple crimen. La principal hipótesis apunta hacia el ecuatoriano Walter Arizala Vernaza, alias 'Guacho', quien encabeza una facción de las FARC que se negó a entregar las armas en el 2017 y acatar el pacto suscrito por su comandancia en La Habana para poner fin a un conflicto sangriento de más de medio siglo entre la guerrilla y el Estado.

Guacho fue alguna vez y hace mucho tiempo un comerciante fronterizo. Pero 11 años atrás se sumó a las FARC. En su horizonte no estaba la revolución socialista ni nada parecido. Y eso quedó en evidencia con la firma del acuerdo de paz, a finales del 2016. “Ahora controla buena parte del territorio con más coca cultivada en el mundo, tiene contactos con cárteles mexicanos y rentas multimillonarias”, señaló la revista 'Semana', de Bogotá, sobre sus actividades. Según el fiscal general Néstor Humberto Martínez, Guacho obtiene hasta 25 millones de dólares semanales.

El disidente de las FARC habría capturado a los periodistas que informaban sobre lo que ocurría en la frontera común para usarlos como escudo humano ante la certeza de sentirse cercado por fuerzas militares. “Estamos viviendo las consecuencias del conflicto de nuestro vecino hermano”, dijo Moreno. Santos tiene otro temor: que Guacho, en caso de no ser capturado, se una a otros mandos intermedios de la exguerrilla que tampoco aceptaron la paz y se transforme en un problema mayúsculo.