ABORTO EN EL SALVADOR

Teodora del Carmen: "Para mi país fui la mujer que maté a mi hijo"

En el país centroamericano la interrupción del embarazo está considerado un homicidio bajo todas las circunstancias

La salvadoreña Teodora del Carmen Vásquez durante una rueda de prensa en el Colegio de la Abogacía de Barcelona.

La salvadoreña Teodora del Carmen Vásquez durante una rueda de prensa en el Colegio de la Abogacía de Barcelona. / Marta Pérez

Alba Sanfeliu

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Teodora del Carmen Vásquez, de 34 años, trabajaba en la cafetería de un colegio en El Salvador y estaba embarazada de nueve meses. Esos días esperaba con gran ilusión el nacimiento de su bebé acompañada por su otro hijo de tres años y de sus padres. Pero de repente su vida dio un giro del todo inesperado. Cuando sintió los primeros dolores no encontró quien le ayudara. "Hasta siete veces llamé a emergencias, pero nadie vino". Entre desmayos continuos, hizo frente al parto sola, pero el bebé no sobrevivió. Poco después llegó la policía, encontró al niño muerto y se llevó a Teodoro detenida a comisaría donde pasó horas sin que ningún médico le atendiera, sufriendo vejaciones e insultos por parte de los agentes.

Meses después, la joven salvadoreña hizo frente en un juicio a la acusación de homicidio con agravante por parentesco, el equivalente en este país centroamericano a una interrupción voluntaria del embarazo. En El Salvador, el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia. No sólo en casos de violación, incesto, peligro para la vida o la salud de la madre o malformación del feto, sino también por complicaciones en el parto, abortos espontáneos o partos de feto muerto. Teodora fue condenada a 30 años de prisión.

Tras pasar once años entre rejas, Teodora recuperó la libertad el pasado 15 de febrero, después de que el Tribunal Supremo concluyera que no habían pruebas suficientes que demostraran que había interrumpido su embarazo de forma voluntaria. Ahora cuenta su historia, con la esperanza de que su testimonio sirva para ayudar a las 25 mujeres que siguen presas en El Salvador por los mismos motivos. "Desde el primer día que entré en la cárcel vi el sufrimiento de mujeres como yo y he salido con la expectativa de cambiar eso" ha asegurado a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA. 

Acosadas en prisión

Llegar a la cárcel fue duro. "Lo más difícil fue no poder conocer a mi bebé, dejar a mi otro hijo, que se quedaba sólo con mis padres, perder a mi familia...". Sin embargo, Teodora ha asegurado que desde el momento que entró en prisión lo tuvo claro: "Lloré, sufrí mucho, pero también reaccioné. Decidí que yo iba a estar en la cárcel, pero que la cárcel no iba a entrar en mí, y que iba a luchar fuertemente". 

La salvadoreña ha asegurado que las mujeres como ella, condenadas por la ley del aborto, son perseguidas y acosadas en los centros penitenciarios por otras internas, además de ignoradas por las instituciones: "Somos discriminadas, no nos escuchan, nos quedamos sin voz". 

En prisión, Teodora recibió la ayuda de la Agrupación Ciudadana, que desde el 2016 trabaja con ella para conseguir el indulto que llegó hace pocos meses, aunque lamenta que su inocencia no haya sido probada. "Yo soy la mujer que mató a mi hijo para mi país", pero afirma "siempre he sido inocente y voy a mantener mi inocencia". 

El mejor momento

Ahora enfrenta el futuro con ilusión: "Estoy viviendo uno de los mejores momentos de mi vida, el encuentro con mi hijo fue lo más exitoso. Él está estudiando, tiene muchos sueños, igual que yo", ha asegurado Teodora. A la pregunta de qué quiere hacer a continuación contesta con semblante serio: "Lo tengo muy claro, quiero ser abogada". 

En El Salvador, un país conservador, religioso y machista, según la propia Teodora, la ley del aborto, vigente desde 1998, se ensaña especialmente con mujeres pobres, que no pueden costearse un billete a Cuba o a México para abortar y que no no tienen pleno acceso a los servicios sanitarios. "Se han adueñado tanto de nosotras que quieren hacer con nosotras lo que ellos quieran, pero ya no más. Si ellos no reforman la ley nosotras tampoco vamos a parar", ha sentenciado Teodora.