GUERRA EN EL PAÍS ÁRABE

La respuesta de Trump al ataque en Siria abre la puerta a un conflicto a varias bandas

El presidente de EEUU advierte a Moscú de que los misiles van hacia el país árabe y varios países muestran su apoyo a la operación

Cumbre 8El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, y Donald Trump, en el Despacho Oval.

Cumbre 8El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, y Donald Trump, en el Despacho Oval.

Ricardo Mir de Francia / Washington

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Donald Trump ha advertido a Rusia de que prepara una respuesta militar inminente al presunto ataque con armas químicas en Siria, un crimen que las cancillerías occidentales atribuyen al régimen de Bashar al Asad. Tras prometer esta semana represalias “contundentes” y “un precio muy alto” para los responsables del ataque, el presidente de Estados Unidos ha vuelto a telegrafiar sus intenciones en las redes sociales. “Prepárate Rusia porque (los misiles) van a venir, bonitos, nuevos, ‘inteligentes’”, ha escrito en Twitter. Pocos parecen saber sin embargo qué tipo de operación se estaría preparando. Si se tratará de un bombardeo quirúrgico o una operación de mayor envergadura. FranciaReino UnidoArabia Saudí Qatar apoyan el castigo y no se descarta que participen en la ofensiva. 

En anticipación a lo que podría venir, las fuerzas progubernamentales sirias han empezado a evacuar los principales aeropuertos y bases aéreas del país, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres. Varias aerolíneas internacionales han cambiado las rutas de los vuelos que transitan por la región para prevenir males mayores. Y Rusia ha sugerido que no se quedará como mero espectador esperando la lluvia de misiles. Su embajador en Líbano ha afirmado que derribarán los proyectiles estadounidenses, mientras que varios diputados en Moscú han advertido de que el ataque podría provocar una confrontación directa entre varios países. “La situación en el mundo se está volviendo cada vez más caótica. Con todo, esperemos que al fin y al cabo impere el sentido común”, ha dicho el presidente Vladimir Putin.

La guerra de nervios llega en un momento decisivo de la guerra siria. Después de siete años de tragedia épica, con medio millón de muertos, cinco millones de refugiados fuera del país y ciudades enteras devastadas, muchos observadores dan la contienda por decidida. Se da por ganador al régimen sirio, y por extensión, a sus aliados, Rusia, Irán y la milicia libanesa de Hizbulá. Ese escenario genera terror entre los muchos enemigos de Irán, particularmente Israel, que teme que el gigante chií se instale a sus puertas cuando termine la guerra. Esta semana su aviación bombardeó una base aérea cerca de Homs, controlada por la Guardia Revolucionaria iraní, y mató a siete de sus asesores. Teherán ha prometido responder y los militares israelís abogan por una respuesta masiva en caso de que lo haga, según publica Haaretz. El asunto podría no quedar ahí porque el Gobierno de Netanyahu ha concluido que hará lo que sea necesario para evitar que Irán establezca una base permanente en Siria.

El cálculo de Israel

La prometida respuesta de Trump y las intenciones israelís coinciden en el tiempo. No son más que especulaciones, pero a tenor de las adhesiones entusiastas que los planes estadounidenses han despertado en varios países, todos ellos críticos con la ascendencia iraní y aliados de Israel, no sería de extrañar que el cálculo de una operación a varias bandas para castigar a Asad y diezmar la presencia iraní en Siria haya entrado en los debates. Para participar en la operación, parece haber cola. “Si nuestra alianza con nuestros socios lo requiere, participaremos”, dijo el martes en París el nuevo hombre fuerte de Arabia Saudí, el príncipe Mohamed Bin Salman, que llegó tras estar de gira por EE UU. Francia también ha mostrado su apoyo sin fisuras. Después de que Emmanuel Macron hablara con Trump esta semana, la Casa Blanca afirmó que acordaron una respuesta “fuerte y conjunta”.

El detonante de esta potencial escalada bélica, que corre el riesgo de enfrentar a EE UU y Rusia en los cielos levantinos, es el ataque con armas químicas del pasado sábado en Duma, una localidad a las afueras de Damasco. La Organización Mundial de la Salud sostiene que murieron 70 personas y cerca de 500 tuvieron que ser atendidas en los hospitales por su exposición a gases tóxicos. Hace un año EE UU ya castigó al régimen sirio por una ignominia semejante. Aquel fue un ataque quirúrgico, 47 misiles lanzados desde el Mediterráneo sobre una base aérea medio vacía. Lejos de haber aprovechado el ataque para reforzar sus bazas diplomáticas, Washington demostró no tener más estrategia en Siria que combatir al Estado Islámico con la intención de largare cuanto antes del avispero.

Enfrentamiento con Rusia

Esos eran también los planes de Trump hasta que se produjo el ataque de Duma. Falta ver si ha cambiado de opinión. Una guerra no le vendría mal, teniendo en cuenta que cada vez está más acorralado internamente, después de que el FBI se llevara abundante documentación relacionada con la trama rusa de las oficinas de su abogado personal. Pero los riesgos siguen siendo los mismos. Una extensa operación en Siria podría desatar el enfrentamiento directo con Rusia, cuando las relaciones entre ambos países están por los suelos. Las recientes sanciones estadounidenses por la injerencia electoral han incrementado la tensión y la retórica sube de tono.  “Nuestra relación con Rusia es peor de lo que ha sido siempre, y eso incluye la guerra fría”, ha escrito Trump con su hipérbole habitual y después de pedirle a Moscú que rompa su alianza con el “animal del gas letal”, en alusión a Asad.