El acuerdo del Viernes Santo cumple veinte años con muros aún en las calles

A pesar de que los pactos firmados el 10 de abril de 1998 han permitido dos décadas de silencio de las armas, aún es muy patente la desconfianza entre la comunidad católica y la protestante

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irlanda del norte acuerdos de viernes santo / periodico

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El conocido como acuerdo del Viernes Santo supuso el final de veinte años de un conflicto armado en un rincón de Europa que se saldó con la muerte de 3.500 personas y al menos 47.000 heridos. La guerra del Ulster, que enfretó a grupos paramilitares protestantes unionistas -probritánicos- y católicos republicanos -favorables a la reunificación de la isla de Irlanda- ha dejado una profunda huella en esta región en la que todavía perdura la desconfianza, a pesar de que tanto un lado como el otro han compartido gobierno y parlamento durante este largo periodo de paz.

Los muros que todavía se mantienen en el ciudad de Belfast son una prueba de lo que falta todavía para llegar a una reconciliación duradera entre las dos comunidades. Ahora, algunas de estas divisiones de hormigón son visitadas por los turistas, como el que separa el barrio católico de Falls Road del protestante de Shankill Road. Los guía aprovechan para explicar a los visitantes la historia de los dos distritos durante el conflicto según el punto de vista de un lado o del otro. 

Peadar Whelan, por ejemplo, no deja de mostrar a sus clientes los graffitis que decoran el muro de la banda católica y en particular el de Bobby Sands, el miembro de IRA que murió en prisión tras una huelga de hambre de 66 días. Whelan explica que conoció a Sands en al prisíón. El ahora guía turístico pasó 16 años por intentar matar a una policía británico. Del otro lado del muro el guía es Noel Large, otro exconvicto por acción armada y que perteneció al gurpo paramilitar Fuerza Voluntaria del Ulster. Large es de lo que piensa que a pesar de que Irlanda del Norte ha encontrado la paz, todavía no ha llegado la "reconciliación". Opinión en la que coincide desde el otro lado del muro Whelan, para quien si bien "la guerra ha acabado, la gente sigue "inquieta" por la posibilidad de que vuelvan los enfrentamientos.

Cita histórica en Downing Street

A pesar de los resquemores, son pocos los que no reconocen el éxito que supuso el pacto al que se llegó el 10 de abril de 1998. Un acuerdo que se alcanzó en unas negociaciones salpicadas de hitos históricos. No solo se logró sentar en una misma mesa al entonces Gerry Adams, líder del Sein Féin, brazo político de IRA, y a David Trimble, máximo responsable en esos años del mayoritario Partido Unionista del Ulster (UUP, en sus siglas en inglés). También y por primera vez desde que Michael Collins aceptara en 1921 la división de Irlanda, dos líderes republicanos de Irlanda del Norte, Adams y su número dos, el fallecido Martin McGuinness, pisaron Dowing Street, donde fueron recibidos por el que era primer ministro británico, Tony Blair. Fue el 13 de octubre de 1997.

En las negociaciones tuvieron papel clave no solo Blair y su homólogo irlandés Bertie Ahern, sino también el entonces presidente de EEUU, Bill Clinton. El mediador en las negociaciones fue el senador estadounidense, George Mitchell, quien esa tarde lluviosa de hace viente años se dirigió a los medios de comunicación que hacian guardia frente al castillo de Stormont, en Belfast, sede del parlamento regional y de las conversaciones, para pronunciar la frase esperada: "me complace anunciar que se ha llegado a un acuerdo".

La cohabitación política durante los años posteriores a la firma no ha sido fácil. De hecho, Irlanda de Norte carece de gobierno desde hace 15 meses, después de que en enero del 2017 saltara  por los aires el Ejecutivo autónomo que compartían desde hacía diez años el Sinn Féin y el Partido Unionista Democrático (PUD).  A pesar de la falta de Gobierno y del 'brexit' a la vuelta de la esquina que amenza con restablecer una fronter estricta en Irlanda del Norte, la celebración por esto viente años de paz va a ser por todo lo alto.