COMICIOS PRESIDENCIALES

El izquierdista Carlos Alvarado gana las elecciones de Costa Rica

El candidato oficialista del Partido Acción Ciudadana (PAC) derrota con el 60,74% de los votos al pastor evangélico Fabricio Alvarado, que obtiene el 39,33%

Carlos Alvarado celebra con sus simpatizantes su victoria en las elecciones de Costa Rica.

Carlos Alvarado celebra con sus simpatizantes su victoria en las elecciones de Costa Rica. / periodico

El Periódico / San José

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El candidato oficialista Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana (centroizquierda), derrotó con claridad a su rival en las elecciones presidenciales y será el nuevo mandatario de Costa Rica. Alvarado se impuso este domingo con el 60,74% de los votos a su rival conservador, el pastor evangélico Fabricio Alvarado, que obtuvo el 39,3%, en la segunda vuelta de unos comicios marcados por profundas divisiones sobre el matrimonio gay y el papel de la religión en la vida pública.

Durante la campaña, Carlos Alvarado, periodista, escritor y politólogo –sin ningún tipo de parentesco con su rival pese a compartir apellido- reiteró sus mensajes a favor del respeto a los derechos humanos y de formar un Gobierno de unidad para superar problemas como el déficit fiscal, la pobreza y las infraestructuras. El presidente electo fue ministro de Desarrollo Humano y de Trabajo durante el actual Gobierno del presidente Luis Guillermo Solís, y se convertirá a partir del 8 de mayo en el segundo mandatario en la historia del PAC.

En su primer mensaje al conocer su victoria, Alvarado llamó a la unidad nacional y subrayó que trabajará para combatir la pobreza y las profundas desigualdades. “Somos un país que necesita cerrar las brechas históricas que hay entre hombres y mujeres, estamos comprometidos con una agenda de igualdad, un país que debe dar igualdad a las personas con discapacidad, a las personas adultas mayores, una fuerte mejora para nuestra niñez”, destacó.

Religión y matrimonio gay

El debate sobre el matrimonio gay acabó beneficiando al ganador, ferviente defensor de los derechos humanos, que mostró su apoyo a un derecho actualmente prohibido en Costa Rica y al que se oponía su adversario, candidato del partido Restauración Nacional, ligado a las iglesias neopentecostales. El pastor evangélico también tuvo que moderar su discurso después de que la justicia electoral sancionara por segunda vez a su partido y le prohibiera invocar la religión para seducir a los electores.

“Es la primera vez que unas elecciones en Costa Rica se polarizan sobre asuntos religiosos y de derechos humanos”, manifestó el analista Gustavo Araya, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). La casi totalidad de los sondeos previos a la segunda vuelta mostraban según Araya que “la población no sabe aún cuál es el modelo de desarrollo” de ambos candidatos para este pequeño país centroamericano que vive del ecoturismo y conocido por su tradición democrática y su estabilidad política.

En total estaban convocados a las urnas 3,3 millones de costarricenses, y se registró una participación del 66%, mucho mayor de lo esperado por las autoridades y los propios candidatos. Costa Rica está considerado como uno de los países más progresistas de la región, con una tasa de alfabetización del 97,5% y una inversión superior al 7% del PIB en la educación, según la Unesco.