CORRUPCIÓN EN FRANCIA

La sombra de Gadafi atrapa a Sarkozy

El ex presidente francés es detenido para ser interrogado sobre la supuesta financiación irregular de la campaña electoral del 2007 por el régimen libio

Eva Cantón

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En Francia todavía se recuerda la polémica visita de Muamar el Gadafi a París en el 2007, la jaima instalada en los jardines del Palacio de Marigny para recibir a sus invitados y la alfombra roja desplegada por Nicolas Sarkozy al dictador norteafricano que cuatro años después cayó en desgracia y fue derrocado tras la intervención militar franco-británica en Libia.

Siete años después de su muerte, la sombra de Gadafi persigue al ex presidente francés, detenido este martes por agentes de la policía judicial para ser interrogado en el marco de una laboriosa investigación sobre la supuesta financiación irregular del régimen libio de la campaña electoral que le condujo al Elíseo en el 2007 al vencer a la candidata socialista Ségolène Royal.  

La justicia francesa inició las pesquisas en abril del 2013. Justo un año antes, en medio de las dos vueltas de las elecciones presidenciales que Sarkozy perdió frente a François Hollande, el diario digital ‘Mediapart’ desveló un documento del antiguo jefe de los servicios secretos libios, Mussa Kussa, detallando la modalidad de entrega de 50 millones de euros destinados a la campaña del entonces ministro del Interior de Jacques Chirac. Esa operación fue avalada por Brice Hortefeux, ex ministro y viejo amigo de Sarkozy.

Fue el empresario franco-libanés Ziad Takieddine quien se encargó, entre noviembre del 2006 y principios del 2007, de transportar el dinero de Trípoli a París en tres maletas que entregó a Sarkozy y a su director de gabinete, Claude Guéant, imputado en el caso por falsedad, blanqueo y fraude fiscal después de intentar, sin éxito, convencer a los jueces de que una transferencia de 500.000 euros recibida en su cuenta bancaria era fruto de la venta de dos cuadros de pintura flamenca.

En el complejo entramado libio, los investigadores siguen otras pistas, como la venta de una villa en la Costa Azul por la que Bachir Saleh, apoderado de Gadafi y gestor de un fondo de inversión libio, pagó un precio cinco veces superior a su valor real. Saleh es objeto de una orden de detención internacional y el vendedor de la finca, un hombre de negocios llamado Alexandre Djouhri, fue detenido en Londres en enero.

Hay más pruebas incómodas para Sarkozy. En septiembre del 2017, el organismo francés encargado de la lucha contra la corrupción y los delitos fiscales llegó a la conclusión de que durante la campaña del 2007 la circulación de sobres con dinero en metálico era algo habitual en la sede de la Unión por un Movimiento Popular (UMP, el partido de la derecha francesa rebautizado ‘Los Republicanos’ en 2015). Una versión que niega el tesorero de esa campaña y posterior ministro de Presupuestos, Eric Woerth, con el argumento de que se trataba de donaciones privadas.

Apoyo de su familia política

La detención del ex presidente, quien a pesar de haberse retirado oficialmente de la vida pública no descuida lo que se cuece en el partido, no es una buena noticia para la formación dirigida por Laurent Wauquiez. En un comunicado, ‘Los Republicanos’ muestran su “total apoyo” a su antiguo jefe y destacados miembros del partido han denunciado un “ensañamiento” judicial.  

El interrogatorio de Sarkozy puede prolongarse un máximo de 48 horas. Finalizado este periodo puede salir en libertad o ser llevado ante un juez y eventualmente ser imputado. El dossier libio no es el único que salpica al ex presidente, también implicado en un turbio sistema de facturas falsas para sufragar los gastos de campaña del 2012 bautizado como ‘Bygmalion’ y está imputado en el caso ‘Paul Bismuth’, la falsa identidad que le permitió enterarse mediante rocambolescas escuchas telefónicas de la marcha de los procesos judiciales en los que aparece su nombre.