EN EL PUERTO SICILIANO DE POZZALLO

Italia inmoviliza el 'Open Arms' y lo acusa de promover la inmigración irregular

EL PERIÓDICO

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La fiscalía de Catania ordenó este domingo la inmovilización del barco de la oenegé catalana Proactiva Open Arms según confirmaron fuentes de la organización que preside Òscar Camps. El barco que rescata refugiados en el Mediterráneo se encuentra retenido en el puerto siciliano de Pozzallo (Italia), donde atracó el sábado tras emprender un rescate de 218 inmigrantes a unas 70 millas de Libia. El barco está confiscado preventivamente, acusado de favorecer “la inmigración clandestina y la asociación criminal”. Proactiva Open Arms es la única oenegé española que rescata inmigrantes en el Mediterráneo.

Según la acusación, el barco español tendría "la voluntad de llevar inmigrantes a Italia" y habría "violado la ley y los acuerdos internacionales al no entregarlos a las autoridades libios". La policía italiana se presentó la mañana a bordo y exigió la documentación a su capitán Marc Reig y a la jefa de misión de la oenegé Anabel Montes. 

Camps ha señalado, a través de Twitter, que Italia acusa a Proactiva Open Arms de asociación criminal y fomentar la inmigración ilegal "por desobedecer a los libios al no entregarles mujeres y niños".

"Proteger la vida humana en el mar debería ser la prioridad absoluta de cualquier cuerpo civil o militar que se precie, llámese Guarda Costas, Salvamento Marítimo o Armada. Así lo estipula igualmente el derecho del mar", ha argumentado Camps, que ha recordado que "impedir el rescate de vidas en peligro en alta mar con el fin de devolverlas por la fuerza a un país no seguro --como es Libia-- equivale a llevar a cabo una devolucion en caliente, contraviene el Estatuto de los Refugiados de la ONU". "No deberíamos olvidar que no solo son los derechos humanos de las personas que huyen en busca de refugio los que están en juego, son los derechos de todos los ciudadanos de la Unión Europea los que se están vulnerando", ha advertido Camps.

El Gobierno español, a la espera

El ministro español de Exteriores, Alfonso Dastis, ha evitado a primera hora de este lunes pronunciarse sobre este caso hasta que Italia aclare las acusaciones contra el 'Open Arms'. Se ha limitado a explicar que el consulado de España en Nápoles y el cónsul honorario en Catania están en contacto con los responsables de la oenegé. "Están trabajando conjuntamente para aclarar las acusaciones e intentar disipar cualquier problema que haya". Preguntado sobre si el Gobierno entiende que hay una justificación a la decisión de la fiscalía de Catania, Dastis ha respondido que "el Gobierno no entiende nada hasta que se aclaren las acusaciones".

Incidente con los guardacostas de Libia

El barco atracó el sábado en el puerto italiano tras un incidente con unidades de guardacostas de Libia cuando emprendía un rescate de inmigrantes a unas 73 millas de la costa libia, muy lejos de su jurisdicción. Proactiva Open Arms y los periodistas que participaban en la travesía denunciaron amenazas por parte de los guardacostas libios, que impidieron que la mayoría de los inmigrantes pudieran acercarse al barco español.

La autoridad marítima libia acusó a la organización humanitaria española y a las demás que trabajan en el rescate de personas en Libia de interferir en las operaciones y de violar sus aguas territoriales, pese a que estas operan más allá de las 25 millas correspondientes. El barco de Proactiva Open Arms pudo seguir navegando con 218 migrantes a bordo, pero no pudo desembarcarlos hasta el sábado debido a la reticencia de las autoridades libias a concederles un puerto en el que atracar.

Grupos de defensa de los derechos humanos han denunciado los supuestos vínculos entre la Guardia Costera libia y las mafias que trafican con seres humanos en Libia, ya que aseguran que estas últimas avisan a los militares de la salida, y que incluso antiguos contrabandistas están ahora al mando de las patrulleras. Migrantes llegados a las costas de Europa aseguran, por su parte, que no desean ser rescatados por las autoridades libias, ya que su destino son centros de detención y cárceles en malas condiciones en los que se comenten abusos.

Las playas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el bastión principal de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de las patrulleras europeas.