PERFIL

Moon Jae-in, el apaciguador

El tenaz presidente de Corea del Sur es el gran artífice del deshielo con su belicoso vecino del norte y entre este y Estados Unidos

Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, ayer en las Naciones Unidas.

Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, ayer en las Naciones Unidas.

Adrián Foncillas

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Moon Jae-in es lo mejor que le ha pasado a Asia en décadas. La cumbre presidencial intercoreana prevista para abril y las negociaciones entre Pionyang y Washington son sus triunfos personales después de meses remando contra los desmanes norcoreanos, la belicosidad estadounidense y el escepticismo de su electorado. En una entrevista, el presidente de Corea del Sur reconoció que quería ser recordado como el artífice de una paz duradera en la península, y sus esfuerzos no han sido escasos ni tibios.

Ya en su toma de posesión, cuando Pionyang alternaba misiles y ensayos nucleares, adelantó que se reuniría con su homólogo norcoreano. Moon no es el pusilánime idealista que describen Trump y la derecha surcoreana. Es un pragmático que odia el régimen opresivo vecino pero asume que es el único que hay para negociar.

Activista contra la dictadura

Moon fue activista contra la dictadura surcoreana y abogado de derechos humanos antes de entrar en política con Roh Moo-hyun, quien desde la Casa Azul aplicó en la década pasada la política de apaciguamiento con el norte. El presidente intenta replicar esa estrategia, que permitió los años más tranquilos en la península.

Moon perdió en su primer intento de alcanzar la presidencia contra Park Geun-hye, la hija del dictador que le había encarcelado décadas atrás. El pasado año arrasó con sus promesas de mitigar las desigualdades sociales, acabar con la rampante corrupción y embridar a los 'chaebol', los grandes conglomerados familiares.