A UNA SEMANA DE LAS ELECCIONES

La violencia entre ultras y grupos de extrema izquierda se extiende en Italia

En el último mes y medio se han producido hasta 70 enfrentamientos políticos violentos, un escenario inédito desde los años 80

Rossend Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A una semana de las elecciones generales, que según la mayoría de los pronósticos no arrojarán un vencedor claro, los ultras derechistas y los de la extrema izquierda se apalean y acuchillan a lo largo de la península, en un escenario de violencia política inédito desde los años 80 del siglo pasado.

En los últimos días, un militante del izquierdista Poder al Pueblo que encolaba pasquines electorales en Perugia ha sido acuchillado. Pocas horas antes, un directivo de la derechista Forza Nuova ha sido atado, amordazado y apaleado en una calle de Palermo. Pocas horas después, la lápida que recuerda el secuestro de Aldo Moro (1978) ha sido embadurnada con dos símbolos nazis y la pintada “Muerte a la policía”. Por su parte, los antagonistas se han enfrentado a la policía en Bolonia,  mientras intentaban impedir un mítin de los ultraderechistas; y en la noche del jueves al viernes la ultraizquierda ha provocado un atisbo de guerrilla urbana en Turín, hiriendo a varios policías.

En la última semana antes de los comicios, unas 20 personas, todas de la ultraderechista Forza Nuova, han irrumpido al filo de la medianoche en los estudios de La7, un canal de televisión con programas políticos de prestigio. Semanas atrás lo habían intentado en la sede de la redacción del diario 'La Repubblica'. Durante la campaña, al menos tres informadores han sido señalados y atacados en varias ciudades del país. Todo había empezado unos días antes con una ráfaga de disparos, realizados desde una moto, contra emigrantes nigerianos en la sureña ciudad de Macerata, a quienes el autor de los disparos atribuía la autoría de la muerte de una joven de 17 años que, junto con otras, frecuentaba sus casas.

En total, las crónicas nacionales han contabilizado hasta 70 episodios violentos durante el mes y medio precedente a las elecciones, algo que no había sucedido nunca en tiempos recientes.

Alerta del primer ministro

“Todo está bajo control, ninguno de los actos violentos ha quedado sin castigo”, ha afirmado Marco Minniti, ministro de Interior, quien ha añadido que la campaña electoral no debe ser “transformada en una emergencia, hay que bajar los tonos”, ha dicho. “Se trata de odio, no esperemos a que se produzca un muerto”, ha alertado el primer ministro, Paolo Gentiloni.

Los 70 episodios han resucitado la reacción antifascista, que también había desaparecido y que este sábado reunirá en Roma a más de 20 partidos, sindicatos, asociaciones de partisanos y comunidades judías, para manifestarse bajo el eslogan “Nunca más fascismos”. “Aquí y ahora son una amenaza para la democracia”, señala el manifiesto que han publicado.

Años del plomo

En referencia al período en que abundaron grupos terroristas de la derecha y de la izquierda, Marco Falvella, presidente de la asociación internacional de víctimas del terrorismo, ha manifestado tener “la sensación de que estamos volviendo a aquellos tristes años de plomo”, nombre con el que se conoce aquel período. “No veo ante mí un futuro bello”, ha añadido, invitando a las fuerzas políticas a “atajar la situación antes de que degenere”.

En el último informe de los servicios secretos al Parlamento, publicado en estos días, se subraya “el riesgo de ataques cibernéticos para influir sobre el voto” y también una “amenaza terrorista actual y concreta”.  Los servicios de inteligencia explican que el objetivo sería “introducir elementos de desestabilización y amenazas a la cohesión (social)” y revelan “desembarques ocultos” de personas procedentes de Túnez Argelia, que aumentarían “la posibilidad de infiltración de elementos criminales y terroristas”.

Comicios sin mayoría a la vista

El próximo 4 de marzo, después de que desde el 2011 el país haya sido gobernado por Ejecutivos que no salieron de las urnas, los italianos votarán en unas elecciones generales que según los pronósticos no ofrecerán una mayoría absoluta a ningún partido. La previsión provoca una sensación de bloqueo que ya ha sido advertida desde la Unión Europea y desmentida de oficio desde Roma.