CRISIS EN UN PAÍS LATINOAMERICANO

Multitudinaria protesta en Argentina contra los ajustes de Macri

Vista general de la manifestación de Buenos Aires

Vista general de la manifestación de Buenos Aires / periodico

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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Decenas de miles de personas han ocupado nuevamente la Avenida 9 de Julio, la más ancha e imponente de la capital argentina, para rechazar el programa económico del presidente Mauricio Macri. Los organizadores de la protesta–sectores sindicales y movimientos sociales- calcularon en 400.000 las personas que se unieron en el repudio al "Gobierno de los CEOs", como los llamó Esteban Castro, uno de los oradores, en relación a los antecedentes de buena parte de los ministros de Macri en la banca internacional y las grandes empresas."Gobierno de patrones", los definió Hugo Yatsky, del sindicato de maestros. Antes de que la 9 de Julio, "la avenida de la lucha", fuera poblada por manifestantes, el presidente llamó al diálogo y a "construir soluciones" sin "extorsiones, sin comportamientos mafiosos".

La protesta se activó después de la decisión de las autoridades de ponerle un techo a los aumentos salariales (un 9%) en un año en el que los pronósticos más benignos sitúan la inflación en el 20%. Tras ganar las elecciones parlamentarias de octubre, el macrismo entendió que la sociedad la autorizaba a profundizar el ajuste. Al finalizar 2017, rebajó por ley las pensiones un 10%. Mientras planea una drástica reforma laboral, y en medio de una caída del salario entre el 6% y 10%, el Gobierno dispuso nuevos tarifazos. Los aumentos del servicio de luz entre 2017 y el presente febrero llegaron al 1700%. El transporte público se incrementó un 66% desde abril pasado.

El ajuste es una necesidad imperiosa de un Gobierno que tiene el déficit de comercio exterior más elevado de las últimas cuatro décadas y, como no ingresan dólares genuinos, se endeudó en el exterior por más de 100.000 millones de dólares. El pasivo del sector público ha llegado al 24,4% del PIB en 2017, apenas ocho puntos menos que en diciembre de 2001, cuando la economía argentina se hizo trizas.

Amores y odios

"Señor presidente no siga llevando adelante políticas que provocan el hambre. Hay un millón y medio más de pobres y nos quieren hacer creer que estaremos mejor", dijo durante el acto el líder del sindicato de los conductores de camiones, Hugo Moyano. El 'Negro', de 74 años, es considerado uno de los hombres más poderosos del país. Dos de sus hijos también son sindicalistas. Su sindicato tiene 200.000 afiliados e incide también en los peajes, el tráfico en las fronteras, la distribución de gasolina y la recolección de basura.

Moyano, quien también es presidente de Independiente, uno de los principales equipos de fútbol de Argentina, fue un decidido opositor al programa neoliberal de Carlos Menem (1989-99), se alió con Néstor Kirchner y enfrentó con Cristina Kirchner porque le cerró el camino a sus aspiraciones presidenciales. Tuvo un período de intenso romance político con Macri pero terminaron su alianza en los últimos meses. De acuerdo con algunos medios de prensa, el líder de los conductores de camiones volvió a endurecerse porque está siendo investigado por la justicia en dos causas por presunta corrupción y busca defender sus intereses. "No tengo miedo de ir preso", dijo Moyano durante el acto y le advirtió a Macri: “Toda victoria es transitoria".

El momento más difícil

La manifestación, en la que también ha participado el kirchnerismo y la izquierda, encuentra al Gobierno en su momento más difícil desde diciembre del 2015. La popularidad del presidente cayó 14 puntos desde diciembre y se encuentra en el 39%. En los estadios de fútbol y baloncesto se escuchan cantos en su contra.

No solo la reforma de las pensiones y el costo de la vida provocan ese estado de ánimo.  El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, está envuelto en un escándalo al conocerse un audio en el que insulta y echa a su empleada doméstica a la que le pagaba en negro. El subsecretario general de la presidencia, Valentín Díaz Gilligan, tuvo que dimitir días atrás después de que se conociera que tenía una cuenta en Andorra con 1,2 millones de dólares. Díaz Gilligan no tuvo la suerte ni la protección del ministro de Finanzas y estratega del endeudamiento externo, Luis Caputo, a quien la prensa le descubrió las sociedades offshore que no había declarado.

El sector del sindicalismo y los movimientos sociales convocantes de la protesta están convencidos que este nuevo humor social incorporará cada vez más a parte de los hombres y mujeres que eligieron a Macri. El Gobierno confía no obstante en que mientras el movimiento obrero y el peronismo no se unan, sus posibilidades de la reelección presidencial en 2019 permanecen intactas. A pesar de las malas noticias económicas, precibe que puede contentar a esos millones que celebran el encarcelamiento de varios dirigentes kirchneristas aunque no hayan sido condenados por un tribunal.