GUERRA EN SIRIA

Un pequeño convoy de ayuda humanitaria entra en la provincia sitiada de Guta

Desde noviembre el gobierno de Bashar el Asad había bloqueado la entrada de alimentos a la región, donde están atrapadas 400.000 personas

Niños sirios desplazados juegan en un refugio al este de Guta, cerca de Damasco (Siria), el 18 de enero.

Niños sirios desplazados juegan en un refugio al este de Guta, cerca de Damasco (Siria), el 18 de enero. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Un convoy de ayuda humanitaria con alimentos para unas 7.000 personas ha entrado, este miércoles, a la provincia siria de Guta. Hacía tres meses de la última vez que pasaba. A finales de noviembre del año pasado, hace tres meses, un grupo de camiones con comida y medicinas de la Media Luna Siria y la ONU consiguió que el régimen de Damasco les dejara entrar. Entonces, entraron alimentos para 40.000 personas: en una región, Guta, donde viven atrapadas y encerradas 400.000.

Desde hace años, esta zona está cerrada y sitiada por las fuerzas leales a Asad. La comida no entra en la ciudad, pero sí lo han hecho las bombas y las armas químicas que, según ha dicho Naciones Unidas, han sido usadas en Guta en contra de la población civil.

El hambre, aquí, es un arma y un negocio. Guta es en la actualidad uno de los pocos bastiones que la oposición siria aún controla. El otro gran territorio es Idleb. Es contra estas dos regiones, de hecho, donde Bashar al Asad ha intensificado sus últimas ofensivas.

En Idleb, los bombardeos rusos y del régimen están causando una nueva crisis de refugiados. En Guta, en cambio, no: la provincia está cerrada. Nadie puede entrar ni salir. Damasco condena a las 400.000 personas que viven allí a soportar tanto el hambre como las bombas.

La semana pasada, de hecho, en tan solo seis días, 270 personas murieron en Guta a causa de los bombardeos rusos y de Asad, según aseguró el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos. La gente, explica esta organización con sede en Londres pero informantes sobre el terreno, como no puede huir se esconde en sus casas y en sótanos. Y casi nadie se atreve a salir.

«Crimen de guerra»

«Crimen de guerra»Los ataques continúan y los muertos siguen sumándose mientras los hospitales, abarrotados, sin equipo médico y a veces objetivo de los aviones, se ven obligados a cerrar.

«Lo que está pasando en Guta es un escándalo, y podría constituir un crimen de guerra», asegura Naciones Unidas, que, si quiere que Damasco, de vez en cuando, le deje entrar comida y medicinas en Guta, puede decir el pecado pero no el pecador. La ONU no puede señalar a Asad como el responsable de ese posible «crimen de guerra».

«Más de 4.000 familias en Guta oriental ahora viven en bodegas y búnkers. Los niños están hambrientos, bombardeados y atrapados. Y el sitio significa que no tienen a dónde huir», denuncia Save The Children.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de hecho, está considerando una propuesta de resolución presentada por Suecia y Kuwait que demandaría, de aprobarse, un alto el fuego de unos 30 días en Guta para que toda la ayuda humanitaria necesaria pueda entregarse a la población.

Pero el texto, parece, no va a salir adelante: la semana pasada, Rusia, uno de los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, rechazó una petición similar. Moscú, la mejor aliada de Damasco, dijo que esa iniciativa, hecha por oficiales de la propia ONU, «no era realista».