TERROR EN AFGANISTÁN

Más de un centenar de muertos y 235 heridos en un atentado talibán en Kabul

Una ambulancia bomba explotó frente a la antigua sede del Ministerio del Interior

Efe

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Un ataque suicida mediante una ambulancia cargada de explosivos ha vuelto a hacer correr la sangre este domingo en pleno centro de Kabul, la capital de Afganistán. Más de un centenar de muertos ha causado este nuevo golpe de los talibanes contra la frágil seguridad de una ciudad que está acostumbrándose a ser objetivo prioritario de los insurgentes.

El atentado ha causado al menos 103 muertos y 235 heridos, según ha confirmado un portavoz del Ministerio de Salud a partir de los datos recabados en los hospitales de la capital afgana. La masacre se ha cometido en una concurrida zona del centro de la ciudad y tenía como objetivo la antigua sede del Ministerio del Interior, en la que todavía prestaban servicio algunas dependencias.

Víctimas civiles

Según ha informado el propio ministerio, las primeras investigaciones apuntan a que el suicida se subió a la ambulancia en el aparcamiento del Hospital Jamhuriat, situado en la zona, y se dirigió hacia la sede ministerial, en la plaza Sadarat, donde un control policial le hizo parar el vehículo. Entonces fue cuando lo hizo estallar, alrededor de las 12.50 hora local (9.20 hora española), causando una carnicería en una zona con comercios y mercados y con un gran movimiento de gente los sábados, día laborable en Afganistán. Cuatro personas habían sido detenidas en las horas siguientes en conexión con el atentado.

Los talibanes han reivindicado la acción en la red social Telegram y han asegurado que su "mártir" había alcanzado el puesto de control frente al antiguo Ministerio del Interior en un momento en el que el área estaba llena de policías. Las imágenes de la matanza muestran cadáveres descuartizados de hombres y mujeres, con ropas de diario.

La sombra de Pakistán

"Es demencial, inhumano, cruel y un crimen de guerra", ha afirmado en la red social Twitter el jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, quien ha prometido llevar a los responsables de la masacre ante la justicia y adoptar "todas las medidas necesarias" para evitar acciones similares en el futuro, algo que los kabulís se están habituando a escuchar tras cada ataque.

El jefe del Ejecutivo ha vuelto a instar a la comunidad internacional a tomar acciones contra el "terrorismo respaldado por el Estado", en alusión a Pakistán, al que el frágil Gobierno afgano acusa de amparar en su territorio a grupos talibanes, otra reclamación habitual después de cada atentado.

Medidas sin resultado

El ataque ha vuelto a dejar conmocionada Kabul, una ciudad que hace apenas ocho meses veía cómo un camión lleno de explosivos mataba a otros 150 civiles. Ningún grupo insurgente se atrevió a reivindicar esa masacre, que el Gobierno atribuyó también a los talibanes.

Entonces, el Ejecutivo anunció que tomaría medidas para hacer más segura la capital, y en efecto limitó el tráfico en algunas zonas y colocó más barreras, pero eso no ha detenido los ataques. Por el contrario, los civiles se han ido volviendo objetivo habitual.

También el Estado Islámico

El pasado fin de semana, más de una veintena de personas murieron en el Hotel Intercontinental de la capital en un asalto perpetrado por seis talibanes que se enfrentaron a las fuerzas de seguridad durante 12 horas hasta que fueron abatidos.

También el yihadista Estado Islámico (EI) ha colocado desde hace tiempo a los civiles afganos en su punto de mira. El pasado miércoles, un ataque de este grupo contra la sede de Save the Children en Jalalabad (este) causó la muerte de cuatro empleados de la organización no gubernamental, un transeúnte y un miembro de las fuerzas de seguridad, así como de los cinco terroristas.

Las cifras

La misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) tiene previsto difundir en las próximas semanas el informe anual de víctimas civiles del conflicto afgano correspondiente al 2017. En el año anterior, contabilizó 3.498 civiles muertos y 7.920 heridos.

En octubre pasado, la misión de la ONU resaltó que en los nueve primeros meses del 2017 se había registrado una reducción del 6% respecto al mismo periodo del año anterior, con 2.640 fallecidos y 5.379 heridos, pero también que cada vez pierden la vida más civiles en enfrentamientos de los actores armados.