FORMACIÓN DE GOBIERNO

El pacto con Merkel hunde a los socialdemócratas alemanes en las encuestas

Un SPD dividido por el principio de acuerdo con los conservadores cae en intención de voto a apenas el 17%

Schulz inspecciona la sala de convenciones donde se celebrará el congreso del SPD bajo el eslogan 'Nuevos tiempos necesitan nuevas políticas', en Bonn, el 20 de enero.

Schulz inspecciona la sala de convenciones donde se celebrará el congreso del SPD bajo el eslogan 'Nuevos tiempos necesitan nuevas políticas', en Bonn, el 20 de enero. / periodico

Carles Planas Bou

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El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) parece empezar a recibir el castigo por tender de nuevo la mano a la cancillera Angela Merkel. Después de que este domingo la formación presidida por Martin Schulz aprobase con tan solo el 56% de los votos negociar otro gobierno de gran coalición con la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), su intención de voto ha caído al 17%, su registro mínimo histórico.

Este domingo el partido socialdemócrata más antiguo de Europa escenificó una profunda división interna. A pesar de que la directiva obtuvo una victoria importante para abrir las negociaciones y establecer un programa de gobierno junto a los conservadores, el gesto dejó una herida abierta. El 44% de los delegados, de las juventudes y el ala izquierdista, se opusieron a repetir una fórmula que consideran “más de lo mismo”, con lo que se teme una posible fuga de voto a otros partidos.

Las dos últimas encuestas publicadas en Alemania apuntan en esa dirección. Los Verdes y la izquierda (Die Linke) capitalizarían ese voto progresista, aumentando su intención del voto hasta el 12% y el 11%, respectivamente. Pero quien más beneficiada podría verse es la ultranacionalista e islamófoba Alternativa para Alemania (AfD). Además de situarse como principal partido de la oposición, otra gran coalición podría relanzar al partido ultraderechista hasta el 14% de los votos.

Sigue la protesta

Tras la decisión tomada este domingo, el SPD afronta ahora fracturado unas duras semanas de negociación con los conservadores. El preacuerdo alcanzado el pasado 12 de enero fue visto por los críticos como un paso que pone en peligro la existencia del mismo partido. Tomando nota de ello, Schulz aseguró en Bonn que puntos espinosos que habían aceptado en ese pacto como la limitación de la acogida de refugiados y de su reunficiación familiar no se llevarían a cabo.

A pesar de haber perdido la votación del domingo por la mínima, las juventudes socialdemócratas (Jusos) han dejado claro que no tirarán la toalla. Así, seguirán presionando a la directiva desde la calle y mantienen su negativa a la gran coalición. Si las negociaciones para un nuevo programa de gobierno junto a la CDU prosperan, el acuerdo deberá ser ratificado por los aproximadamente 442.000 miembros del SPD. Sin importarles las críticas de la cúpula, los Jusos especulan con la posibilidad de afiliar más simpatizantes del partido para condicionar así la votación final.

Aunque se desconoce si los nuevos miembros pueden votar, según ha apuntado la agencia DPA, desde el domingo ha habido hasta 1.600 solicitudes para entrar en el SPD. Si la estrategia de las juventudes vuelve a fallar, Alemania podría ver el nacimiento de una cuarta gran coalición para la primavera.