MISIÓN HEROICA TRAS LOS DESTROZOS YIHADISTAS DEL 2012

Así se salvaron los manuscritos de Tumbuctú

Las ruinas de un antiguo mausoleo destruido por las milicias yihadistas que ocuparon la ciudad ancestral de Tumbuctú en el 2012.

Las ruinas de un antiguo mausoleo destruido por las milicias yihadistas que ocuparon la ciudad ancestral de Tumbuctú en el 2012. / JP/TC/ /SN

Judit Figueras / Barcelona

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En junio del 2012, rebeldes yihadistas de la organización Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) iniciaron una ofensiva en el norte de Mali y lograron controlar las zonas más estratégicas de la región. Entre ellas estaba Tumbuctú, capital del imperio de Mali hasta el siglo XV y sede intelectual e histórica de la cultura islámica.

Abdel Kader Haidara, el propietario de la biblioteca Mamma Haidara, situada en Tumbuctú, vio cómo los yihadistas derribaban monumentos, esculturas y mezquitas de esta ciudad ancestral porque no encajaban con su interpretación fundamentalista de las palabras del Corán. Haidara vio a los rebeldes destruir el patrimonio cultural, que durante siglos sus ancestros habían preservado, y decidió que los manuscritos históricos no correrían la misma suerte. Y lo logró... con cajas de fruta y verduras.

De noche y en secreto

Haidara pudo rescatar un total de 377.481 manuscritos, que datan de entre los siglos XII y XV, y que se hallaban en 45 bibliotecas diferentes de la ciudad. Cada noche el maliense empaquetaba los documentos en cofres de metal y, cuando estos se acabaron, recurrió a las cajas de madera que se usan para transportar frutas y verduras. Con la ayuda de personas de su confianza, entre los que se encontraban bibliotecarios, guías turísticos y familiares, Haidara repartía el material a diferentes viviendas de la ciudad.

Noche tras noche, Haidara y su equipo ponían en riesgo sus vidas y eludían las patrullas yihadistas que controlaban la ciudad. Una operación clandestina que duró hasta nueve meses y que acabó enviando todos los manuscritos hasta la capital del país, Bamako, a 1.000 kilómetros de Tumbuctú, a través de mensajeros, taxistas, barcos y todo tipo de vehículos terrestres y marítimos.

Haidara, que sabía que en sus manos recaía la responsabilidad de salvar una parte muy importante del patrimonio de la humanidad y de su cultura, movió tierra y mar para obtener los recursos necesarios. El bibliotecario disponía de un presupuesto inicial de 10.000 euros, que había adquirido a través de una subvención para estudiar en la Universidad de Oxford. No conforme con eso, Haidara consiguió recaudar casi 900.000 euros más gracias a aportaciones internacionales procedentes de organizaciones culturales de Dubái y Holanda y a una campaña de 'crowdfunding' en internet.  

Filosofía, astronomía y matemáticas

Cinco años después de su heroica y valiente labor, ahora Haidara ha querido dar otro paso en la preservación y difusión de los manuscritos de Tumbuctú. Tras varios años de negociaciones, el gigante de internet Google ha acordado con la oenegé fundada por el bibliotecario maliense, Savama, empezar los trabajos para la digitalización de los documentos sobre filosofía, astronomía, matemáticas y literatura, entre otras materias, que lograron sobrevivir de las garras yihadistas.

Un total de 80 expertos trabajan diariamente en un pequeño edificio situado en el barrio de Baco Djikoroni, en Bamako, para catalogar, restaurar, traducir y digitalizar los casi 400.000 textos. El portavoz de la oenegé, Coulibaly Konaté, ha informado a la revista italiana ‘La Cooperazione italiana’ que el objetivo de la fundación es "completar el inventario para finales del 2018". Sin embargo, Haidara asegura al mismo medio que, tras los acuerdos de paz del 2015 entre el Gobierno de Mali y los rebeldes, sueña con "devolver todos los manuscritos a las bibliotecas de Tumbuctú en paz".